Desde el Centro Regional INTA Misiones, un equipo de investigación liderado por el Licenciado en Genética Martín Domínguez trabaja en la generación de nuevas variedades adaptadas a distintos suelos y demandas del sector productivo. Con líneas orientadas tanto al consumo fresco como a la industria, el programa busca fortalecer la competitividad de la cadena y ampliar la oferta genética disponible para los productores de la provincia.
En ese sentido, sobre la producción de mandioca en la provincia, Domínguez contó que tradicionalmente, la producción se concentra en la cuenta de la ruta 12, que abarca zonas como Libertador General San Martín, Gobernador Roca, Montecarlo, Puerto Rico y Jardín América. “No obstante, en los últimos años está creciendo mucho la región de Comandante Andresito, en el noreste, donde se están sumando nuevas cooperativas. También, vemos un avance en San Pedro y un creciente interés en áreas del centro y sur, como Alem, Oberá y San Vicente, sobre todo en lo que respecta a mandioca para consumo fresco”, agregó.
Consultado sobre el programa de mejoramiento de mandioca y lo objetivos que pretende, el genetista comentó que se está evaluando veinte cultivares en lo que respecta al Centro Regional Misiones: diez destinados al consumo fresco y los otros diez a la industria: “La idea es ofrecer al productor un abanico de nuevas variedades, y que sean ellos, junto con el consumidor, quienes definan cuáles se adaptan mejor a sus gustos y necesidades productivas”.
En cuanto a cómo diferenciar las variedades para consumo fresco de las industrias, explicó que en el caso del consumo fresco, se realiza una cata sensorial para evaluar la calidad culinaria: “Se confirmó un panel de degustación que comparó los nuevos materiales con las variedades que hoy predominan en el mercado”. Además, agregó: “Queremos garantizar que el productor tenga acceso a materiales que no solo rindan bien, sino que también sean apreciados por su sabor y textura”.
En el caso de las variedades industriales, indicó que el foco está puesto en el rendimiento en almidón. “De las diez que estamos evaluando, varias muestran porcentajes de entre dos y cuatro puntos más de almidón que las variedades actualmente disponibles”, dijo, y seguidamente aclaró: “Pero eso no alcanza, también necesitamos comprobar si ese porcentaje va acompañado de un buen rendimiento total por hectárea. Si una variedad tiene más almidón, pero produce la mitad de biomasa, no resulta competitiva.
Por eso, ahora estamos en esa segunda etapa de evaluación de rendimiento”. Sobre la importancia de probar los materiales en distintos tipos de suelos, Domínguez comentó que “en Misiones tenemos una gran diversidad de suelos, por eso estamos evaluando cultivares en diferentes condiciones de suelo para entender la correlación entre el genotipo y el ambiente. Además, queremos expandir las pruebas a distintas cuencas productivas de la provincia porque los microclimas también influyen en el comportamiento de la planta”.
En tanto a la disponibilidad de estas nuevas variedades para los productores, el genetista estimó que en el ciclo 2026-2027 se completará la etapa de evaluación, “de modo que en 2028 podríamos comenzar a distribuir los materiales seleccionados a los productores”, contó.
Respecto al rol del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en el proceso de desarrollo y acompañamiento, Domínguez explicó que la Institución busca generar conocimiento y adaptarse a las demandas del productor a través de soluciones concretas. “También, trabajamos en la reintroducción de materiales del banco de germoplasma de INTA Castelar, para revaluar su comportamiento en las condiciones actuales de Misiones. Y estamos en tratativas de un nuevo convenio con el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT), que nos permitiría incorporar materiales de Colombia y analizar su potencial rendimiento en nuestra región”, contó.
Finalmente, Domínguez concluyó que el horizonte de este trabajo que están realizando “es ampliar la oferta genética de mandioca en Misiones, brindando opciones adaptadas a distintos suelos, sistemas y mercados. En definitiva, se trata de fortalecer una cadena productiva con enorme potencial para el desarrollo local”.
Colaboración de Francisco Pascual y Martín Ghisio.





