Una mujer de 41 años fue condenada a doce años de prisión tras admitir en un juicio abreviado que entregaba a sus dos hijas menores para que fueran abusadas sexualmente por su pareja, señalaron fuentes del caso.
La causa tuvo sus inicios con los primeros ataques a las niñas, en 2022 en Puerto Iguazú, en tanto que el principal acusado se quitó la vida al año siguiente, estando detenido por los mencionados hechos. La medida judicial se concretó en el Tribunal Penal de Eldorado, donde la imputada, asistida por la defensora oficial, firmó el acuerdo de pena a cumplir, con la presencia del fiscal.
La encartada aceptó la existencia material de los hechos y también su autoría.
Según la elevación a juicio, el primer hecho se remonta a la noche del sábado 19 de noviembre de 2022, en el domicilio donde los involucrados residían, en un barrio periférico de la citada ciudad.
La imputada convivía con sus hijas biológicas, de 12 y 15 años, y con su pareja. En dicho contexto, la imputada acordó con el hombre para que sus hijas mantuvieran relaciones sexuales con él, indicó la citada resolución.
En primer término, facilitó el abuso sexual de su hija mayor, quien fue sometida en su habitación. Ese mismo día, se acercó a donde descansaba su otra hija y le manifestó que debía mantener relaciones con el hombre, siempre de acuerdo a la elevación.
Ante la negativa de la víctima, la imputada insistió que igualmente debía hacerlo.
A la noche, la mujer le expresó textualmente a su hija: “Dale, poné de tu parte…”, recibiendo nuevamente una respuesta negativa, por lo que la tomó del brazo con la intención de llevarla a la habitación conyugal, pero la menor se resistió.
En la madrugada del otro día, a las 1.54 la imputada envió premeditadamente a su hija mayor a realizar compras, con la finalidad de facilitar el acceso del hombre a la habitación de las menores, como así también, permitiendo que abuse sexualmente de la más chica de sus hijas sobre el piso de la habitación, según la mencionada elevación. Mientras esto sucedía, la imputada miraba una película, con pleno conocimiento de lo que ocurría. Luego, mandó a su hija a que se higienizara utilizando un balde con jabón y agua.
Fue una kiosquera del barrio a quien la niña de 12 años le confesó lo que estaba padeciendo con su hermana y de esta manera todo salió a la luz. En Cámara Gesell la más chica de las menores brindó detalles respecto a los abusos de su padrastro y la de 15 años negó los hechos de los cuales fue víctima, sin embargo, los exámenes ginecológicos corroboraron los sometimientos.









