¿Te pasó alguna vez que viste a alguien tener un accidente, algo no tan grave, pero a vos te dio un ataque de llanto incontrolable? Algunas personas hacen catarsis o tienen una reacción casi sin sentido aparente por algo que todos consideran una “pavada”, pero a ellas les produce un enojo terrible, indescriptible o una tristeza profunda que no pueden explicar, solamente descargan lo que tenían muy guardado internamente y ese hecho fortuito, la ayudó a “descargar” todo lo que hace tiempo llevaba guardado.
La definición de catarsis es que se trata de una gran purificación, liberación o transformación interior suscitadas por una experiencia vital profunda.
El concepto de catarsis fue introducido por Aristóteles para referirse al proceso de “purificación” que podían experimentar los espectadores de la tragedia sobre sus bajas pasiones, al observar la interpretación de las emociones profundas y movilizadoras por parte de los actores.
Es lo que generalmente les ocurre a los espectadores de una puesta en escena teatral, al ver una película o cuando va a un concierto. Al escuchar la música, una melodía que supuestamente nunca escuchó le despierta una profunda emoción, puede que el llanto aparezca de pronto o quizás hasta salte de su asiento con ganas de salir corriendo del lugar.
Según algunos autores la catarsis puede experimentarse en relación con la manifestación de la conducta y lo sucedido a un otro cuando existe una fuerte empatía con ese otro y ambos comparten un ambiente vivencial común.
Según el padre del psicoanálisis, Zigmund Freud, la teoría de la catarsis postula que el proceso de purgar emociones fuertes o reprimidas, a menudo denominado “desahogo”, tiene el potencial de aliviar el malestar psicológico.
Llevar a una persona a un lugar determinado para que reviva una experiencia fuerte es inducirla a sanar, siempre y cuando la persona esté totalmente segura de hacerlo. Las sorpresas siempre son dañinas y pueden resultar contraproducentes.
Los momentos de mejor catarsis son los programados con amigos, más los generan las mujeres porque están programadas para permitirse sentir, mientras que los hombres padecen por más tiempo esos dolores no sanados porque los mantienen guardados para no ser considerados “débiles”.
Crear espacios
Todas las personas, en algún momento debemos generar espacios para poder hacer “catarsis”, para descargar y purificar nuestro corazón, liberarlo de ataduras dolorosas.
¿Tuviste una desilusión amorosa? ¿Dejaste pasar varios meses y todavía sientes que guardas rencores, tristeza, dolor, enojo o miedo? Entonces es el momento ideal para hacer catarsis. Elige con quién, invita a esa persona a mirar una película muy muy triste, de esas con historias de llanto; o una película de terror, o incluso puede ser una de risas.
Pueden compartir unos snacks, y dejarse llevar por todas las emociones que aparezcan. Si comienzan a reír, pues a reír con fuerza, hasta que duela. Si lloran hagan lo mismo, generar más llanto, que sea con ruidos, gemidos, respiraciones ahogadas.
En Psicoanálisis, la catarsis es un proceso para liberar emociones reprimidas. Si estamos cerca de un hecho que nos provocó mucho dolor, mucho enojo, mucha tristeza, sabremos que estamos haciendo limpieza de esa vivencia fuerte. Pero la catarsis puede aparecer sin razón aparente, pero sabremos que estamos descargando algo que teníamos adentro reprimiendo.
Las catarsis de enojo son las que pueden dañar a otros porque podemos llevar al extremo la ira por algo que no la justifica, pero la biología aprovechó para realizar esa descarga. Es la forma inconsciente de expresarse físicamente.
Cuando todo termina, al día siguiente o al pasar unas horas tomamos conciencia y si fue en enojo mal gestionado tendremos que disculparnos. Este es el caso en que asumimos toda la responsabilidad, tomamos riendas en el asunto, y pedimos un turno para encontrar el origen y así no volver a repetir ese enojo descontrolado.
Prestar atención a los síntomas y detectar si necesitamos hacer catarsis para purificarnos el alma, el Ser.
Podemos sentir dolores musculares, cansancio inusual, malestar general o enfermedades psicosomáticas. Puede que hayamos pasado por una separación o pérdida y no expresamos el dolor.
Son señales que nos dicen: “Es momento de hacer catarsis” para descargar, alivianar, limpiar y así poder continuar sin descontroles.
Vivir cada día siendo más conscientes de cómo deseamos ser y trabajar en eso. Leer, practicar, pedir ayuda, pasar a la acción.
Catarsis no es sanación: En algún momento, luego de haber generado ese espacio de catarsis y de haber cumplido el objetivo, lo ideal es tomar las riendas del asunto, pues ya sembraron una semilla del cambio, pero hay que tener presente que no es sanación sino descarga de sentimientos y emociones reprimidas.
En Psicoanálisis, la CATARSIS es un proceso mediante el cual una persona libera emociones reprimidas al traer a la conciencia recuerdos, conflictos o experiencias pasadas que fueron inconscientemente reprimidas. Esta descarga emocional tiene un efecto terapéutico.
Aunque la idea de catarsis fue central en los inicios del psicoanálisis, Freud después dio más importancia a la elaboración y el trabajo del análisis, no solo a la descarga emocional.
¿Qué es la catarsis emocional? Agotamiento o cansancio inusuales, dolores musculares, malestar o reacciones físicos, molestias o enfermedades somáticas, lloros repentinos que no cesan y no se pueden controlar, ataques de rabia o ira descontrolados.
Por Rosanna Toraglio: Periodista-BioPsicoTerapeuta.





