El Senado de la Nación aprobó este jueves la denominada Ley Nicolás, iniciativa que busca garantizar calidad y seguridad en la atención médica, con el objetivo de prevenir errores de diagnóstico y hechos de mala praxis. La norma nació tras la muerte de Nicolás Deanna, un joven de 24 años que falleció por una meningitis bacteriana que no fue detectada a tiempo.
La votación en la Cámara alta resultó casi unánime, con 70 votos a favor y uno en contra, lo que consolidó un amplio respaldo político a la propuesta que había sido impulsada por organizaciones de familiares y pacientes. Entre quienes lideraron la lucha estuvo Gabriela Covelli, madre de Nicolás e integrante de la ONG Por la Vida y la Salud, quien dialogó con FM de las Misiones apenas concluida la sesión.
Conmovida, Covelli expresó que vivió la jornada “con mucha emoción, como si ya lo hubiéramos dado por perdido”. Reconoció que en medio de desencuentros políticos, haber conseguido que el proyecto se sancione significó para muchas familias “una curita al alma”. Subrayó que la aprobación casi unánime fue un logro colectivo, fruto del esfuerzo sostenido de distintas asociaciones que acompañaron durante años.
La referente explicó que ahora comienza una nueva etapa. Destacó que “tenemos esta ley que va a ser una herramienta cuando se reglamente para cuidar la vida y la salud”, pero advirtió que resta custodiar su aplicación. Insistió en la necesidad de incentivar cambios culturales desde las universidades, enseñando a los futuros médicos la importancia de la seguridad del paciente y la humanización de la práctica sanitaria.
Covelli remarcó que la normativa sigue los parámetros de la Organización Mundial de la Salud y que permitirá generar estadísticas claras sobre los casos de mala praxis. “Hoy preguntás cuántos casos hay y no sabemos porque no se contabilizan”, señaló, al tiempo que advirtió que sin datos concretos resulta imposible resolver la magnitud del problema.
La ley establece la obligación de evaluaciones periódicas físicas, psicológicas y cognitivas a los profesionales, limita las extensas jornadas laborales para garantizar atención adecuada y promueve la incorporación de asignaturas específicas en la formación universitaria. Según Covelli, estas disposiciones “también cuidan a los profesionales de la salud” porque los resguardan de condiciones laborales que afectan la práctica médica.
La referente reconoció que el debate generó resistencias en sectores vinculados a colegios médicos, que en un principio interpretaron la iniciativa como una amenaza a la profesión. Sin embargo, resaltó que la construcción de consensos permitió demostrar que se trata de un avance beneficioso tanto para los pacientes como para quienes ejercen la medicina. “La muestra de que con el diálogo y desde el amor se pueden hacer cosas muy buenas” resumió.
Emocionada, Covelli recordó a su hijo y aseguró que todo el camino recorrido estuvo motivado por él. Contó que tras su fallecimiento escribió que “si tu vida Nicolás cumplió” y hoy siente que esa promesa se concretó. “Nicolás dio un pedacito de su vida para ayudar a los demás a que no les pase” expresó emocionada.




