A los pocos minutos de llegar al CEMOAS de Puerto Rico, el joven se quebró y se habría hecho responsable por el crimen del jubilado Pedro González Ávalos (73), según confiaron las fuentes.
“Fui yo y ella no tiene nada que ver”, habría dicho a las autoridades del lugar y con evidentes intenciones de que la adolescente que sería su pareja y también demorada por el hecho, quedara despegada de la investigación.
No obstante, estos dichos no tienen validez judicial, teniendo en cuenta que ayer se pudo comprobar que el involucrado tiene 15 años y es inimputable.
Ahora será la Justicia Correccional y de Menores de Puerto Rico la que resuelva si mantiene internados por un tiempo a los sospechosos o les aplica otras medidas.

González Ávalos fue asesinado tras recibir casi una veintena de heridas punzo cortantes en manos, cabeza y tórax, además de un puntazo en el abdomen que fue la lesión que terminó con su vida, teniendo en cuenta que le ocasionó una hemorragia interna. El cuerpo del hombre fue hallado el pasado martes a la tarde dentro de su vivienda, en el barrio San Martín de Jardín América y donde residía solo. El lugar mostraba un enorme desorden y rastros de forcejeo, lo que evidenció la tenaz resistencia del dueño de casa hacia quien o quienes lo agredieron con armas blancas.
Por los objetos que le robaron, en este caso un televisor y un teléfono celular, la policía pudo llegar hasta los presuntos autores.
De esta manera primero recuperaron el TV de 43 pulgadas, que había sido comercializado y con los datos que les dio el comprador establecieron que dos menores ofrecían objetos para la venta.
Luego ubicaron a un hombre que les habría dado alojamiento tras el hecho, conocido como “colombiano” y así encontraron a los dos menores. La chica tiene 14 años y el joven 15, pese a que en todo momento el varón manifestó ser un año mayor. Se cree que el rol que habría cumplido en la causa la adolescente es la de presunta “entregadora”, para que su supuesto cómplice, cometa el crimen, ya que hizo trabajos al parecer de limpieza en la casa de la victima.








