La contundente derrota del oficialismo en las elecciones legislativas de la Provincia de Buenos Aires impactó de lleno en el mercado cambiario. Este lunes, el dólar minorista del Banco Nación avanza setenta pesos y se ubica en $1.450 para la venta, mientras que el mayorista se negocia en $1.416.
En el plano financiero, el contado con liquidación subió 3,8% hasta $1.443 y el MEP se incrementó 3,6%, alcanzando $1.433. En el segmento informal, el blue se ofrece con una suba de cincuenta pesos, a $1.420.
Los analistas advirtieron que la derrota de La Libertad Avanza en todos los distritos bonaerenses generó un escenario adverso que amplifica la incertidumbre política y económica. Según AdCap, el revés electoral —con 47% de los votos para el oficialismo y apenas 34% para la oposición— sorprendió al mercado y ya se refleja en cotizaciones superiores a $1.400 en todos los segmentos cambiarios.

Especialistas remarcaron que el Gobierno atraviesa su primera crisis de envergadura y no descartan cambios en el gabinete o medidas de urgencia. La consultora Mega QM indicó que la prioridad oficial será contener el tipo de cambio y bajar la inflación mediante ventas en el mercado spot, intervenciones en futuros y convalidación de tasas elevadas, aunque reconocieron que se trata de un equilibrio frágil y costoso.
En la misma línea, Econviews sostuvo que la tensión entre dólar e inflación será decisiva para definir el rumbo de los activos locales y destacó que el mercado se mantiene expectante a las señales políticas.
La presión también alcanza al sistema bancario y a la deuda en pesos. Según Mega QM, la suba de encajes y el elevado nivel de préstamos frente a depósitos generan tensiones sobre las tasas, mientras que el Tesoro depende de tasas altas para renovar vencimientos. Más de la mitad de la deuda de corto plazo está en manos del Banco Central y del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, lo que garantiza el roll over, aunque con un costo financiero creciente.
De cara a los próximos meses, los expertos plantean dos escenarios. En el optimista, una reversión de flujos hacia los pesos permitiría estabilizar el tipo de cambio y otorgar un respiro a los activos. En el negativo, si el rumbo económico no se valida en las urnas, el riesgo país podría mantenerse elevado y el dólar encontrar un punto de equilibrio más alto.
(Fuente: Iprofesional)







