Más de 5.000 personas fueron desplazadas de sus hogares y 18 perdieron la vida en la última inundación ocurrida en marzo de este año en Bahía Blanca. El daño provocado por este desastre natural generó la solidaridad de todo el país y llegó un momento en el que las propias autoridades de ese partido de Buenos Aires pidieron que ya no enviaran cosas.
Fue en ese momento, según contó a PRIMERA EDICIÓN el profesor de Tecnología del Instituto Posadas, Eduardo Holz, que “pensábamos cómo podíamos ayudar, cómo podíamos expresar nuestra solidaridad sin hacer lo que se hace siempre. Un día, hablando con una colega, la profe de Inglés con la que siempre trabajamos juntos y hace muy poquito se jubiló, surgió la idea de escribirles a la manera antigua, es decir a través de cartas o epístolas de puño y letra”.
Según contó el profe, se convirtió en un proyecto institucional en el que participaron todos los alumnos, desde primero a quinto año, “porque acompañaba el objetivo pedagógico de apoyar la oralidad y la escritura de nuestros alumnos. Finalmente, mandamos alrededor de 210 cartas”, recordó.
Según indicó, “el primer problema a resolver fue que los estudiantes escribieran a alguien que no conocían. En algunos cursos fue más fácil abordar todo lo que había pasado en Bahía Blanca. Con ayuda de los directivos, compramos los sobres y completamos con los datos del remitente de cada una”.
El siguiente desafío fue el envío, “nos contactamos con una persona de un colegio secundario de Bahía Blanca y la idea era enviar las cartas a los estudiantes de esa institución. Finalmente, las cartas llegaron a la Municipalidad, donde se concentraba toda la ayuda enviada hacia Bahía Blanca, y quedaron guardadas hasta las vacaciones de invierno”.
Cinco meses después
Las cartas que escribieron los alumnos llegaron a manos de sus pares de Bahía Blanca recién después del receso escolar de invierno. Por eso, hace un par de semanas los alumnos misioneros comenzaron a recibir respuestas… “ellos ya estaban frustrados porque pensaron que las cartas no habían llegado, pero ahora varios ya recibieron respuesta”.
Según contó Ezequiel de quinto año, “primero me mandaron una solicitad para seguirme y vi que era una chica, y cuando empecé a ver en su perfil y su estado, encontré que se sacó una foto con sus compañeros y las cartas. Ahí le escribí y me confirmó que la había recibido y me agradeció y me pidió que agradeciera a todos mis compañeros por el gesto”.






