El Centro Modelo de Asistencia y Seguimiento (CEMOAS) de Oberá celebró su tercer aniversario de trabajo en contención de niñas, niños y adolescentes en conflicto con la ley. Se trata de un dispositivo de abordaje inaugurado en 2022 que este año registró 23 ingresos, en su mayoría vinculados al consumo de sustancias o la vulneración de derechos.
Actualmente, el CEMOAS contiene a ocho menores, de 11 a 15 años, que permanecen alojados allí por medidas de protección, a la espera de que sus procesos judiciales se resuelvan y deban retornar con sus familias. Mientras tanto, trabajan con acompañamiento médico y psicológico para retomar sus trayectorias educativas y sociales.
Panorama de ingresos
La directora del CEMOAS de Oberá, Andrea Ribeiro, precisó a PRIMERA EDICIÓN que actualmente en el centro de asistencia permanecen ocho menores de entre 11 y 15 años, que se encuentran allí “por medidas de protección que dictó el Departamento de Niñez municipal o el Juzgado Familiar por alguna vulnerabilidad de los derechos”.
Una vez que ingresan al centro, los menores reciben una revisión médica y son entrevistados por un equipo interdisciplinario conformado por una psicóloga y una asistente social, quienes “abordan o sugieren tratamientos a seguir tanto para el menor como para la familia”, precisó Ribeiro.
Por normativa, los menores deben permanecer 24 horas alojados en el centro; luego de ese período deben ser restituidos a sus padres o tutores. Sin embargo, la directora mencionó que “en algunos casos están alojados unos días más por causas de investigación, porque no pueden estar con sus familias, esto lo maneja el Juzgado Correccional”.
Sobre su procedencia, contó que es variada: “Hay chicos de la localidad de Andresito, dos de Dos de Mayo, de San Vicente, Oberá y también de Panambí”. Y precisó que los procesos judiciales pueden incluir a miembros de la familia como a los niños ya adolescentes alojados.
Como estos menores permanecen allí por un tiempo más prolongado, en el centro reciben asistencia psicológica y son acompañados las 24 horas por personal de la guardia de prevención.
Además, apuntan a sostener sus trayectorias educativas: tres de ellos asisten al Hogar de Día para terminar sus estudios, otros tres asisten a escuelas de la zona y los restantes “por cuestiones burocráticas, falta de papeles, están sin estudiar, pero hacen talleres de formación”, detalló Ribeiro.
En lo que va de 2025, ya ingresaron 23 menores a este centro, que según Ribeiro tiene la particularidad de esta doble modalidad de trabajo. “Llegan menores en conflicto con la ley y admitimos chicos con medidas de protección. Trabajamos en conjunto con la Municipalidad todo el tiempo y por eso se hace más fácil el tema de la salud, la educación, el traslado al Hogar de Día para que continúen o empiecen a estudiar”, sintetizó.
Desafíos
Ribeiro aseguró que, tras tres años de trabajo, el desafío más importante es el consumo de sustancias, de la mano con un entorno familiar en situación de vulnerabilidad. “Es el problema número uno que afecta a los jóvenes y niños hoy por hoy, además de la vulnerabilidad de la familia, que muchas veces no acompaña al menor”, contó la directora.
Según Ribeiro, los menores que son admitidos llegan “con consumo de esta nueva droga pedra, o marihuana, sustancias que se consiguen fácilmente y a precios bajos, por lo tanto son las que más abundan”, dijo.
Ese consumo problemático se interrelaciona con la comisión de otros delitos, como robo y hurto, lo que sumado al contexto familiar vulnerable explica los casos de recaídas o reingresos recurrentes dentro de lapsos cortos de tiempo.
“Hemos registrado varios ingresos repetidos, chicos que evidentemente no salieron de la problemática de consumo y siguen cometiendo delitos. En cada caso son admitidos, llegan dos o tres veces y uno ya va conociendo las caras”, explicó Ribeiro.
En ese contexto, el CEMOAS se convierte en un espacio clave para trabajar en hábitos de higiene personal, estudio y responsabilidad. “Inculcar hábitos es lo primordial. Una vez que llegan al centro tienen que mantener limpio su sector, colaborar con la limpieza del predio y a la larga se ven los resultados, gracias a la perseverancia del personal y al trabajo de los menores”, aseguró.
Por último, destacó que la proyección a futuro es fortalecer los lazos con otras instituciones para mantener el acompañamiento más allá de las 24 horas (o más) que los menores permanezcan en el centro, como así también que continúe la baja de ingresos que registran en los últimos años.
“En el 2022, cuando se creó este CEMOAS, se registraron en total 123 ingresos, en el año 2023 hubo 77. En 2024 hubo 70 y en lo que va del 2025 tuvimos 23, es un descenso importante”, precisó la directora.
Conflicto con la ley y consumo problemático
El secretario de Prevención de Adicciones de la provincia, Roberto Padilla, destacó sobre el modelo del CEMOAS que Misiones “es la única provincia que tiene un dispositivo con estas características” y que “el rol de contención es sumamente valioso” para enfrentar dos problemáticas enlazadas: conflicto con la ley y consumo problemático.
“Muchas provincias todavía no saben cómo abordar esta temática. Los niños, niñas y adolescentes que tienen un conflicto con la ley, por lo general cuando roban o hurtan lo hacen para conseguir la sustancia”, aseguró Padilla.
De acuerdo al funcionario, la construcción de un proyecto de vida, a partir de la inserción escolar y laboral, es la clave para superar ese escenario. “En los CEMOAS detectamos si ese menor está escolarizado o no, muchas veces tiene un conflicto con su familia y el tutor de referencia no aparece. Generar esa contención, ese acompañamiento del día a día es fundamental”, aseguró.
Y sobre el acompañamiento escolar mencionó que “muchos han terminado sus estudios tanto primarios como secundarios dentro de los CEMOAS, porque la educación es un derecho y nosotros lo vemos como tal”. “Es clave sostener esto a largo plazo, evitar recaídas, y eso se logra a través de la tarea territorial de los cuatro CEMOAS”, detalló Padilla. La creación de un quinto espacio de este tipo, consideró, permitirá abordar “casi la totalidad” de las jurisdicciones provinciales.
“El desafío del acompañamiento a estos jóvenes es rotundo. Cada menor es una historia, cada historia de vida es muy particular y si bien a veces hay un hilo conductor que pueden ser los problemas con la familia, la rebeldía o algún consumo, nosotros buscamos no estigmatizar a ese joven”, cerró Padilla.





