La crisis en el sector yerbatero de Misiones ha alcanzado un punto crítico. La Mesa Asesora Yerbatera, que agrupa a diversas asociaciones y a más de 35.000 familias productoras, formalizó este lunes un pedido de declaración de emergencia ante el gobernador Hugo Passalacqua. El documento, que también fue entregado en la Cámara de Representantes, advierte que los productores y toda la cadena de valor se encuentran en una “situación terminal” tras dos cosechas a pérdida.
El reclamo expone una cruda realidad: una actividad económica clave para la provincia se ahoga lentamente. Según los firmantes, el detonante fue la desregulación del sector, tras el Decreto 70/23 que dejó al Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM) sin la facultad de fijar precios de referencia. Este cambio, sumado a una cosecha récord en 2024, produjo una abrupta caída del valor de la hoja verde, dejando a los productores sin márgenes de ganancia.
El quebranto en primera persona
La desesperación de los productores tiene rostro. En diálogo con la FM 89.3 Santa María de las Misiones, Waldemar Schwider, productor de té y yerba mate de San Pedro e integrante de la Mesa Asesora, explicó que la iniciativa surgió tras una serie de encuentros virtuales entre productores. “Estamos agotando las reservas que teníamos”, aseguró Schwider, describiendo un “quebranto generalizado” que ya no distingue entre pequeños, medianos o grandes productores.
El productor detalló la lógica que ha llevado al colapso: mientras el trabajo se encarece, el precio por kilo de hoja verde se desplomó a tal punto que el valor que reciben en mano es de apenas 230 pesos en planta, con la particularidad de que estos pagos se hacen con cheques a 60, 70 o incluso 120 días. La situación es aún más precaria en el mercado informal, donde algunos productores reciben tan solo 50 pesos por kilo en efectivo, un monto que, según Schwider, “ni siquiera alcanza para comprar herbicida o abono foliar. El que recauda es el tarefero, el transportista o el cuadrillero, y el productor queda chupándose el dedo“.
Una crisis que se extiende más allá de la chacra
La nota presentada por la Mesa Asesora Yerbatera no solo describe la ruina de los agricultores. El texto subraya que la crisis también golpea a los secaderos de yerba mate, que ven mermada su actividad, y genera una “caída en los niveles de actividad económica en los municipios que dependen fundamentalmente del movimiento del sector yerbatero”. El impacto abarca a una extensa red de más de 35.000 familias productoras y trabajadores rurales que, hoy, ven peligrar su sustento.
El reclamo es unánime: la necesidad de medidas urgentes para “evitar el quebranto” definitivo. Los firmantes de la carta, provenientes de distintas asociaciones y municipios como San Pedro, San Vicente y Salto Encantado, representan a un sector que se siente abandonado.
Schwider fue crítico tanto del Gobierno nacional como del provincial. Recordó que la desregulación del INYM dejó al sector “a la deriva”, mientras que “los industriales hacen lo que quieren, juntan plata con la pala y dejan afuera a los productores”.
Sobre la administración provincial, apuntó: “Está ausente. Tendría que defendernos, porque más del 80% de la economía misionera depende de la yerba”. Y agregó: “Del Ministerio del Agro no quiero ni hablar, es una vergüenza. No podemos esperar nada de ahí. Necesitamos que el gobernador y la Legislatura actúen porque esto es urgente”.
El productor relató que los productores viajaron en ocho oportunidades a Buenos Aires, donde fueron recibidos por autoridades nacionales, incluso la vicepresidenta. “Yo no quiero atacar al Gobierno, pero necesitamos más presencia del provincial. Nosotros fuimos a Buenos Aires el 24, fuimos seis, siete veces, en concreto ocho veces. Nos reunimos con el ministro de Agricultura y con la Vicepresidenta, que nos atendió muy amablemente. Ellos nos dijeron que esto lo tenemos que resolver en la provincia”, agregó.
A pesar de reconocer que la declaración de emergencia “no cambiaría demasiado” la situación, dijo que les daría “oxígeno para seguir trabajando en las chacras y cuidando los yerbales. De otra manera, muchos no van a poder mantenerlos para el año que viene. Este año ya está perdido, estamos pensando en el 2026, en la zafra de verano, que es muy importante. Si seguimos entregando a este precio, ni siquiera vamos a cubrir los gastos. El efectivo lo reciben el tarefero, el camión que transporta y el cuadrillero. El productor queda chupándose el dedo”.
El “no” ya lo tienen, y ahora van por el “sí”, “estamos al pie del cañón, no vamos a bajar los brazos. Va a haber una movida, y muy grande. Que no quepa duda: si el Gobierno no nos hace caso, de alguna manera nos vamos a hacer escuchar”.




