La decisión del Gobierno nacional de avanzar en una desregulación para la importación de pilas y baterías encendió una alarma entre especialistas y trabajadores del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) porque “se abre la puerta a un fuerte retroceso en materia ambiental”.
Micaela Rivero, especialista en el área de certificación del organismo, aseguró a PRIMERA EDICIÓN que la medida implica un atraso de dos décadas en materia ambiental y de seguridad, porque “podrán entrar pilas con alto nivel de mercurio y otros metales pesados que dañan la salud”.
Luego agregó que “desde que asumió este Gobierno lo primero que plantearon fue desregular todo, de hecho hasta se creó un Ministerio de Desregulación. Y esas desregulaciones se vienen aplicando a elementos que usamos a diario: juguetes para niños, autopartes de seguridad para los autos como frenos, neumáticos y parabrisas, además de, por ejemplo, los ascensores. Todos son elementos que el INTI controlaba para garantizar que fueran seguros. Pero la Nación redobló la apuesta y esta semana también avanzó con las pilas y baterías”.
Rivero recordó que el marco legal vigente (que será desplazado una vez que se reglamente la resolución emitida el miércoles), existe desde 2007 y en casi 20 años permitió reducir de manera drástica la contaminación por metales pesados.
“Antes de esa ley entraban al país pilas de muy baja calidad, con altas cantidades de mercurio, cadmio y plomo. El mercurio es altamente contaminante, por eso también se lo retiró de los termómetros y de las lamparitas. Con la regulación se logró que las empresas importadoras respetaran límites muy estrictos y hoy casi ninguna desconoce la norma”, acotó.
En la práctica, los controles alcanzaban dos aspectos clave: el contenido de metales pesados y la duración mínima del producto.
“No es lo mismo que una pila dure poco en un juguete, a que falle en un equipo médico o en los instrumentos del Servicio Meteorológico Nacional. Yo misma certifico pilas que se usan para control ambiental. Son áreas donde la confiabilidad es fundamental”, subrayó Rivero por otra parte.
La funcionaria planteó además que la eliminación de estos mecanismos no solo supone “un daño ambiental directo, sino que debilita la estructura de protección social”.
“Si esta medida entra en vigencia, volvemos a ser un basurero para el mundo. El país ya carece de un control ambiental serio sobre lo que se importa, sobre dónde se tiran las cosas, sobre qué se hace con las pilas en desuso. Ahora estaremos aún peor”, alertó.
Beneficio para pocos
El trasfondo económico de la medida también fue cuestionado por la experta del INTI.
“El beneficio es claro para las grandes empresas. Se nos dice que las certificaciones encarecían los costos y por eso ahora se quitaría ese peso a las empresas, pero nunca fueron montos significativos: los certificados no llegaban al 0,05% del valor de importación. El costo lo absorbía el consumidor final, así que no se trataba de una pérdida para los importadores. Era un mínimo que aseguraba calidad y cuidado”.
Según la trabajadora, la verdadera motivación es liberar el mercado para productos de baja calidad.






