Cuando las decisiones judiciales contrastan con los propios discursos y banderas de sus protagonistas, se derrumban las expectativas y la sensación de desprotección o desamparo de las víctimas y sus familias no aumenta levemente, se multiplica como las tasas de interés para depósitos bancarios en dólares.
La decisión del juez Correccional y de Menores 2, César Raúl Jiménez y la fiscal María Laura Álvarez de otorgarle a Estanislao Salvador Bareiro (67) la suspensión de juicio a prueba a cambio de tareas solidarias cuando pueda, sacudió la confianza en la administración de justicia y dejó muchas sospechas. Bareiro es el automovilista que el jueves 11 de enero de 2024 chocó a un grupo de peatones sobre la vereda de la avenida Leandro N. Alem de esta capital, y le costó la vida a una joven de 24 años, Dana Anabella Sánchez.
Para María Isabel Gómez De Olivera y Juan Carlos Sánchez, los padres de la también jugadora de fútbol del club Atlético Posadas, la conmoción fue cruel y ayer decidieron manifestarse en una charla con PRIMERA EDICIÓN.

Juan Carlos resumió lo sucedido: “Nos remitimos a un fallo que parece un comentario de bar, entre dichos de café que lanza como que el acusado tuviera una imagen positiva: ‘Ha ofrecido hacerse cargo de la reparación del daño en la medida de sus posibilidades, sin que ello implique confesión ni reconocimiento de la responsabilidad civil correspondiente’. La fiscal minimiza lo sucedido, la muerte de Dana, otra mujer lesionada y otras dos que se salvaron de milagro, ninguna con capacidad de defenderse”.
Pero también aclaró que “el acusado declaró en la causa que no conocía la avenida (Alem) frente al predio del Ejército y después confirmamos que trabajaba en un motel a pocos metros, que tenía a su cargo. Todos opinaron que esta causa debía ir a juicio, el juez Mattos (Instrucción 7) y la fiscal Patricia Clérici así lo decidieron en octubre del año pasado”.
Tampoco se explica “cómo van a mandar a un acusado de chocar y matar a hacer tareas comunitarias sin juzgarlo previamente. En esta causa no faltan videos, peritos y testigos de lo sucedido. Pero igual la fiscal pide esto, no acusar, no esclarecer en debate. Ni el juez (Menores 2) César Jiménez ni la fiscal pueden decir tan fácil, en tres carillas cada uno, que este conductor no vaya a juicio y ya da por finalizado todo con tareas comunitarias cuando él tenga tiempo para cumplirlas”.
“Este expediente pasó por todas las etapas con nuestro pedido de justicia. Por un juez y fiscal de Instrucción Penal y por la Cámara de Apelaciones que ratificó la elevación a debate oral y ahora la fiscal y el juez de Menores deciden que esto tiene que quedar todo en suspenso, que vamos a ver cómo se comporta este homicida, porque para nosotros es eso, y que vaya a tareas comunitarias porque no es grave lo que pasó”.
Y sin rodeos, el padre sintetiza: “La fiscal opina y le pide la probation a Jiménez el miércoles 30 de julio y el juez responde trece días después aceptando. Rapidísimos fueron, una resolución exprés”.
“Vamos a apelar hasta donde podamos, no nos vamos a quedar quietos. Claramente hay animosidad con la víctima, que en este caso no está para defenderse, o esperábamos que la fiscal Álvarez lo hiciera. Confiamos en la Justicia desde el primer momento, no pedimos venganza, pedimos un juicio que aclare quién y cómo mató a Dana. Sabemos que luchamos por una pena leve de no más de seis años de prisión, tenemos las pruebas y también tenemos en claro que en juicio podíamos encontrarnos con una condena menor. Pero tan rápido y en solo dos semanas, sin consultarnos nada, nos resolvieron todo en contra”.
“Mucho daño”
María Isabel, envuelta en una bandera y un pañuelo argentino de su hija y con una remera con la imagen impresa de ella, describió qué sienten por el fallo judicial: “Sentimos injusticia hoy. Yo admiro a la Justicia, pero ahora lo que hizo la fiscal nos hizo mucho daño. Espero que esto cambie, que ella mire la realidad de la vida, mi hija volvía de trabajar y tampoco fue solo ella la víctima, había más gente. Dana era madre, hija, hermana, amiga, buena compañera, todo. No solo una joven de 24 años. La fiscal Álvarez jamás nos llamó ni nos invitó a explicarnos lo que pensaba hacer. Hizo un juego con el juez sin preguntarnos absolutamente nada como querellantes en la causa. Ellos nos provocan a que salgamos a declarar y decir esto; porque ellos se sentaron a definir esto en dos semanas, como que se juntaron a tomar un té y decidirlo sin importarle nada. No nos pueden decir que la muerte de Dana no tiene significado, que no es grave, Es mi hija, tenía vida, hija y toda una familia. No pido venganza, eso no me devuelve a Dana. Pido justicia porque eso sí me dará un poco de tranquilidad. Nos sacaron la posibilidad de un juicio”.
Los próximos pasos y herramientas que Juan Carlos y María Isabel defenderán son claros: “Vamos a seguir los caminos legales para conseguir justicia. En la normalidad, la fiscal debe responder por la víctima y remitirse a la prueba, en este caso muy contundente, para defender a Dana y a su hijita. Nos dejó sin derecho a defenderla, bueno vamos a apelar y que la autoridad máxima, el Superior Tribunal de Justicia decida como corresponde”.
“A nosotros no volvieron a matar a Dana. Dos veces más, primero la fiscal Álvarez y dos semanas después el juez Jiménez. Es el mismo dolor de enero del año pasado. Debían escuchar en juicio a los peritos forenses, a los testigos, ver las pruebas, todo en juicio y no responderme en tres hojas toda una causa por homicidio”.
También se preguntó Juan Carlos: “¿Cómo me voy a sentir protegido por nuestras leyes si estas dos personas resuelven así un homicidio? ¿Qué vamos a decirles a las demás familias en situaciones similares, cómo vamos a confiar en la Justicia así? El video es claro, el conductor mantiene la dirección sin frenar e impactó contra la gente que caminaba en la vereda. A mi hija la partió al medio, la chocó por atrás”.
Dana por María Isabel
La madre de la víctima fatal resaltó en pocas frases quién era Dana: “Di a luz a mi hija en el Hospital Madariaga, la envolví con mi vestido, la acurruqué entre mis piernas mientras los médicos y enfermeros corrían para asistirme. Todos los días la siento a Dana entre mis piernas. Ella fue creciendo como una niña muy buena, excelente alumna, a los cuatro años ya leía, siempre deportista y una persona sin miedo y vergüenza, muy compañera. A los 8 años subía y leía la biblia en la misa de la capilla del Ejército. Cuidaba a adultos mayores, trabajaba y luchaba por su hija. Tenía muchas ganas, me ayudó a terminar la escuela secundaria, me obligaba a rendir las materias, y fui abanderada como lo fueron ella y su hermana”.
Su Dios en el barro
Juan Carlos agarró la pregunta sobre los referentes o personajes que guiaban a Dana, fuera de su familia (o dentro por qué no): “Lo máximo para Dana era Diego Armando Maradona, también la misionera Yamila Rodríguez, jugadora de fútbol que hoy se despliega en Brasil. Cada vez que pudo la buscaba y se sacaba fotos con Yamila, la admiraba. A Maradona lo buscaba en los videos de Youtube y decía que era el más grande porque lo veía jugar en los potreros, en el barro, no en césped sintético, le llamaba la atención como se revolcaba y jugaba. Por la edad pensábamos que debía ser Messi su ídolo, pero no, para Dana siempre fue el Diego su sueño futbolero”.
“Dana entrenaba mucho y era la capitana del ‘Deca’, Atlético Posadas, jugaba en la defensa, siempre enfocada y pendiente de su club y camiseta, estaba enamorada”.








