Por: Verónica Stockmayer
“No hay vacante para ogros”
dice el cartel de los cuentos
“No hay vacante para ogros”
dice el cartel de los cuentos…
Él, que se había preparado
con su bolsito de sustos:
morisquetas horrorosas
Para toditos los gustos,
suspiros fríos, calientes
que harán batir los dientes,
espeluznantes bramidos
que azotarían los oídos
y risas tan pavorosas
que espantarían a las mozas
-¿cómo que no hay un lugar
para este ogro juglar?
¡traigo monstruos del oriente
ocultos en mis bolsillos,
tengo dragones alados
en sus fauces…¡qué colmillos!
¿para qué sirven los cuentos
si no hay sitio para un ogro?
si no me dejan entrar
¡¡¡cualquier relato malogro!!!
Un ogro espera a una ogra
con un ramito de espanto
Un ogro espera a una ogra
con un ramito de espanto,
Ella se muere de gusto
y menea sus encantos.
El ramito tiene sustos,
alaridos, pesadillas…
también una margarita
que la ogresa ya deshoja
por saber si en el futuro
él acudirá a otra cita,
si traerá otros obsequios,
agradables, sorprendentes,
si la tomará del talle,
si la llevará a la luna,
mientras en todas las calles
baile y aplauda la gente,
si el arrobo será tanto
que la ogresa se deshaga
en suspiros, en murmullos
y el ogro, ciego de amor,
la acune con tibio arrullo.
Rasca la uña del ogro
la noche lustrosa y negra
Rasca la uña del ogro
la noche lustrosa y negra
y por los agujeritos
se derraman las estrellas.
Raspa, curioso, expectante
y aparecen caminitos
por donde viajan cometas,
satélites y aerolitos.
Rasga una ventanita
y lo saluda la luna…
El ogro, grandote, torpe,
la toma en brazos, la acuna.
Todos los seres celestes
entonan canción de cuna,
la nana se va escurriendo
a los pies de la alborada
que contempla, sorprendida
a un gran gigante dormido
con un ramito de estrellas
en sus manos, encendidas.
Si un ogro te mira fijo
y se te caen las medias
Si un ogro te mira fijo
y se te caen las medias
mejor andá recordando
uno por uno tus actos…
¿fuiste fiel a tus principios?
¿te creíste el superado?
¿pensaste “mejor” que el otro
y te impusiste, forzando?
¿te hiciste el tonto en la cola?
¿usaste tus privilegios?
¿acaparaste la charla
confundiendo al auditorio?
Los ogros saben de espantos
pero también de injusticias
y les duelen los juanetes
cuando el impío arremete
¡ay! Les silban los oídos
cuando hay contradicciones
entre el decir y el hacer
del que monta la filípica
y te quiere convencer
de que no es eso que oculta.
Le duele la panza al ogro
si mirás para otro lado
deshaciéndote de culpas.
La garganta se le irrita…
más bien, se le hace un nudo
si te hacés el macanudo
y te quedás con los logros
que fueron esfuerzo de otro.
Así que álzate las medias
y ponete derechiiiito…
si querés, chiflá bajito
y tratá de componerte:
quizás mejore tu suerte
y la de otros benditos.
Los versos en negrita, son de “Todos los ogros”, de Cecilia Pisos. Inspiraron estos casi cuentos, estos versicuentos, estas “recomendaciones” .
Sobre la autora:
Verónica Stockmayer es docente, titiritera y directora de la Escuela de Títeres de Montecarlo, Misiones. Publicó “Así de simple: haikus y otras formas de la lírica para celebrar lo nuestro” (2017) “Curiosos y paseanderos, los versos de Vero”(2019) (poesía para niños). “Del devenir: haikus para mi pueblo” (2020). Miembro de AELIJUM, donde publica cuentos y lírica para niños.





