San Roque bendijo esta sábado a cientos de perritos en una jornada de fe, ternura y milagro en la sede de la parroquia que lo tiene como patrono, en el corazón de Villa Sarita, en Posadas.
Durante toda la semana los fieles del templo ya habían celebrado misas en honor al santo en distintos puntos del barrio como la cancha de Guaraní o el Club Sarmiento; pero este sábado se vivió el momento más esperado con la tradicional bendición de mascotas. Entre rezos, ladridos y testimonios cargados de afecto, la comunidad renovó su fe y también fue llamada al compromiso con el cuidado responsable.
“Es la primera vez que vengo, traje a Umma porque tiene cáncer, empezó quimioterapia hoy; queremos volver con un milagro”, contó a PRIMERA EDICIÓN Adriana Ayala, quien vino desde el barrio Piedrabuena, para pedir sanidad, entre otros cientos de fieles que llegaron desde temprano.
Al mediodía, el atrio de la parroquia se convirtió en un espacio distinto, la solemnidad de las misas dio lugar a los perritos, en una suerte de ‘desfile’ de fe, que amenizó la tierna jornada.
Momentos después, la celebración central en honor a San Roque, patrono de los animales, reunió a todas las personas que llegaron con sus animales de compañía bajo el brazo, en cochecitos improvisados o con la correa en mano para recibir la bendición especial: agua bendita rociada sobre los animales y oraciones por ellos pidiendo salud y protección.
“San Roque es el santo patrono de las mascotas, pero también de las personas que tienen enfermedades en la piel, de los peregrinos y de aquellas personas que son acusadas injustamente”, declaró el sacerdote, Pedro Ferrari, momentos antes de impartir la bendición para todos.
“A lo largo del relato bíblico vemos como los animales son instrumento para la bendición de Dios a los hombres y con San Roque tenemos el ejemplo claro del milagro: un perrito callejero que hacia compañía al santo, quien con su saliva curaba sus heridas y le llevaba pancitos en la boca para que recupere fuerzas”, rememoró el párroco al explicar las bases de la liturgia.
Tras la misa solemne, se realizó una procesión en la que la imagen del santo recorrió las calles del barrio, acompañada por los fieles y sus mascotas. La procesión, colorida y ruidosa, atravesó varias cuadras. Los vecinos salían a las veredas a mirar, algunos con curiosidad y otros sumándose espontáneamente a los cánticos. Inclusive grupo de adolescentes llevaba mensajes como “Ellos también son hijos de Dios” y “Adoptar es un acto de amor”. La imagen del santo, adornada con flores blancas, parecía mirar benévolamente a ese pequeño ejército de familias y animales que avanzaba a paso lento..
Más tarde, el día siguió con más cantos y oraciones, pero sobre todo con la emoción de haber compartido una experiencia comunitaria donde la fe se mezcló con la ternura. Una jornada en la que se recordó que los animales son más que compañía: “son parte de la vida, parte de la familia, y también merecedores de cuidado, respeto y bendición”, señalaron Celina Klubus y su hija, mientras se encargaban de acomodar a los tres perritos caniches con quienes fueron a buscar una bendición.
Entre la multitud también se encontraban algunos vecinos cargaban con fotos de mascotas que ya no están, como forma de recordarlas. Hubo gente que aprovechó la ocasión para agradecer por la recuperación de sus mascotas tras accidentes o enfermedades.
Ver esta publicación en Instagram
Milagros
“San Roque siempre nos acompaña. Para nosotros, él cuida de nuestros perritos como parte de la familia”, expresaron Marina y Milena Fegundez, familia de la perrita Annya un caniche que ya cumplió 3 años con ellas.
“Nos gusta traerla, somos una familia de mucha fe; tuvimos una perrita que falleció y al poco tiempo llegó Annya, venimos a rezar para que ella tenga salud y viva mucho tiempo con nosotros”, expresó Marina.
Con emoción y al borde de las lágrimas, Milena, contó que su mascota “es muy sanita yo siento que es por el milagro de San Roque desde que la traemos a bendecir”, aseguró devota.
En medio de la multitud, el sacerdote Pedro Ferreira recordó que la devoción a San Roque no se limita a la tradición, sino que invita a cultivar un vínculo de amor y respeto hacia la creación.
“Los animales son compañeros de vida, nos enseñan ternura y fidelidad. Esta bendición es un signo de que Dios también los abraza en su plan”, remarcó el párroco parado en medio del atrio donde, momentos antes también dio instrucciones para cuidar la limpieza de la iglesia.
Las historias que se compartieron durante la jornada fueron tan diversas como emotivas. Juan Cruz, un niño de 9 años, llevó a su perrita rescatada de la calle y contó con orgullo que la bautizó “Luna” porque “la rescatamos en una noche oscura tirada en una caja y ahora nos da luz”.
Doña Teresa, en cambio, llegó acompañada por su nieto y un perro mestizo de nombre “Roque” (por el santo) quien fue entrenado como animal de compañía: “Él me ayuda a vivir mejor, me da fuerzas”, aseguró.
Mientras los animales eran rociados con agua bendita los testimonios se multiplicaban, como el caso que contó Carolina Duarte quien, por ejemplo, llegó con un cachorro adoptado apenas dos meses atrás. “Lo rescatamos de un basural. Llegó desnutrido y lleno de pulgas. Hoy verlo acá, sanito y feliz, es una emoción muy grande. Lo trajimos para pedirle a San Roque que nunca más sufra”, explicó mientras el perrito jugueteaba e intentaba hacerse amigos con otros.
Kermese, feria y un llamado de atención
Al caer la tarde, el festival seguido de kermese se convirtió también en un espacio de encuentro comunitario, donde la venta de pollos y empanadas ayudan a los fieles de la parroquia a procurar fondos para su mantenimiento.
En los alrededores se encontraban puestos de comidas rápidas, feria con venta de collares, sahumerios, figuras de los santos, estampitas y pulseritas de cinta roja protectora para los perros y sus familias.
Atilio Ramón Paredes, feriante dedicado a la “santería” contó que llegó bien temprano y ubicó su puesto, muy visitado por los presentes.
“No puedo decir que la venta fue masiva, pero se vende alguito, en especial vendí bastantes velas para prenderle al santo y también sahumerios, algunas medallitas, llaveros, rosarios; la gente miró de todo y llevó lo que le permitió el bolsillo”, aseguró mientras mostró estampitas e imágenes de San Expedito, San Jorge, San Cayetano y por supuesto San Roque.
“Las estampitas de papel valen dos por $100, las plastificadas empiezan en $500, los cuadritos con la oración a San Roque costaban uno $3.000, las pulseritas desde $1000”, amplió sobre el valor de los recuerditos para conmemorar al santo.
A su lado, Roxana Vargas, una voluntaria y rescatista aseguró: “San Roque nos recuerda que cuidar de un animal es también cuidar de la vida”. La mujer contó que se acercó al templo a pedir para por los perritos que está dando refugio para que “encuentren buen hogar donde los cuiden y amen”.
“Adoptar es un acto de amor”
La imagen del santo, adornada con flores blancas, parecía mirar benévolamente a ese pequeño ejército de familias y animales que se acercaron por una bendición, salud y bienestar.
Un aspecto no menor de la jornada en la que se recordó que los animales son más que compañía: son parte de la vida, parte de la familia, y también merecedores de cuidado, respeto, se llamó a la tenencia responsable. Una reciente encuesta elaborada por el Instituto Provincial de Estadística y Censos (IPEC) dejo al desnudo que el cuidado responsable todavía no llega a los niveles deseados para una sociedad que en general tiene más de dos perros viviendo en sus hogares. En su homilía el sacerdote Ferrari aseguró que adoptar es un acto de amor y rezó por familias responsables y amorosas.





