La incoherencia entre discurso y práctica es una constante de la dirigencia política. No es nuevo ni jamás será la última vez que quede en evidencia. Solo que a veces la distancia entre ambas es tal que agudiza la certeza de que se apostó por algo que no era.
Las fenomenales propuestas de Javier Milei en campaña de hacer volar por los aires el Banco Central y dolarizar la economía jamás estuvieron siquiera cerca de ser una posibilidad. De cumplir con esas premisas, habría perdido el control sobre la oferta monetaria y la obtención de ingresos mediante la creación de moneda. Pero a los efectos de esta columna y por sobre los otros dos motivos, de haber avanzado en esa línea, el Gobierno habría “extraviado” la posibilidad de usar la política monetaria y cambiaria para responder a los shocks del ciclo económico.
Año y medio después, ni una cosa ni la otra. El BCRA sigue ahí donde está, gravitando fuertemente en la macro y la micro al igual que los dólares que siguen bajo el colchón, guardados frente a un peso argentino que era menos que “excremento”.
Planteada la tesis, vale explayarse sobre los acontecimientos de la última semana. Aunque Milei prometía en campaña “dinamitar el BCRA” y dolarizar la economía, en la práctica no solo no cumplió esas promesas, sino que el Gobierno está usando activamente al BCRA para generar inestabilidades que perjudican especialmente a los sectores más vulnerables.
Aunque el equipo económico del Gobierno (particularmente el del ministro Luis Caputo) insiste en que todo marcha según lo planeado, la realidad del mercado muestra señales contrarias. El jueves, en la antesala del fin de semana largo, se registró volatilidad: bajaron acciones y bonos y, más objetivamente, por su incidencia sobre la sociedad, subieron fuerte las tasas de interés.
En ese contexto, banqueros se reunieron virtualmente con autoridades del Banco Central (BCRA) para manifestar su malestar por los recientes cambios en la política monetaria. Los “hombres de negocios” cuestionaron los cambios en las reglas del sistema financiero tras la fallida licitación de deuda en pesos del miércoles, donde el Gobierno solo logró renovar el 61% de los 15 billones de pesos que vencían.
También reclamaron por las modificaciones en el esquema de encajes, dispuestas a través de la Comunicación A 8302 del BCRA, que elevó del 45% al 50% el porcentaje de los depósitos en pesos que los bancos deben inmovilizar. Una parte de ese aumento podrá cubrirse con letras del BCRA, pero los bancos alegan que perdieron margen de maniobra, y critican una estrategia que consideran “errática” por parte de Santiago Bausili, titular del (oh, qué coincidencia) BCRA.
A la luz de los acontecimientos, al mercado le queda claro que el Gobierno intenta absorber pesos para evitar que se vayan al dólar (en el contexto de las elecciones de medio término). Estas decisiones se ven como “martillazos” para contener al dólar, golpes que podrían dañar la economía real. Al mismo tiempo, preocupa fuertemente la velocidad con la que crece la morosidad.
Más allá de los efectos que esto tiene sobre la microeconomía, existe una creciente desconfianza de los actores del mercado en la política monetaria del Gobierno. El uso de instrumentos para controlar el tipo de cambio parece estar generando efectos secundarios negativos en tasas y precios de activos. Las tensiones se trasladan al sistema bancario, ya que el conflicto entre el BCRA y las entidades sugiere una falta de coordinación o diálogo efectivo, lo que puede amplificar la inestabilidad.
En lugar de “dinamitar el BCRA” tal y como se proponía en campaña, hoy se lo usa para políticas contradictorias e imprevisibles. En lugar de liberar la oferta y la demanda, interviene para controlar el dólar. Mientras tanto, los efectos se sienten en una economía tensionada, un sistema financiero golpeado y una ciudadanía que paga el costo del ajuste (ya ni vale la pena citar que la casta jamás lo hizo). Por “una cuestión moral” antes proponían volar el Banco Central; hoy, en cambio, ajustan y garrotean a los jubilados.
Buscando nuevos “héroes”
Hablando de jubilados, el presidente Milei se reunió con diputados de La Libertad Avanza y del PRO para asegurar los votos y proteger los vetos a las leyes de aumento de jubilaciones y de emergencia en discapacidad.
Milei necesita muchos más votos que los 74 que junta con sus legisladores y los del PRO. Por eso, para garantizar el bloqueo de las leyes, debe conseguir apoyo de gobernadores y monobloques. Además, durante la reunión se discutieron otros proyectos como los de coparticipación de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que el Gobierno rechazará si se aprueban. En otro rubro complicado para el Gobierno, el Congreso reactivó proyectos como la reapertura de la comisión investigadora sobre el caso $LIBRA y un nuevo financiamiento universitario. Estos temas, junto con los ATN, podrían generar nuevas tensiones para Milei.
Más ruido que prestigio
Por otro lado, durante la semana Milei volvió a recibir un premio que llega acompañado de polémica. El Presidente fue homenajeado -nuevamente- como “Economista del Año” por la Ordem dos Economistas do Brasil (OEB), en un acto en la Casa Rosada encabezado por su titular, Manuel Enríquez García. La escena, que es un calco de la misma situación en febrero, llegó esta vez con la promesa de una ceremonia en Brasil.
Un poco de contexto: Enríquez García fue inhabilitado en 2019 por el Tribunal de Cuentas de la Unión de Brasil, acusado de usar fondos públicos para fines personales. Entre las irregularidades figuran desvío de dinero, uso de recursos para fiestas y regalos, compra de un auto de lujo, nepotismo y hasta vínculos con billetes falsos. También fue suspendido del ejercicio profesional como economista.
La Oficina de la Presidencia argentina, lejos de sonrojarse, publicitó el premio con entusiasmo, sumándolo a una lista cada vez más extensa de galardones cuestionados. Desde el diploma sin aval oficial que recibió en Praga hasta la gala privada en Florida donde esperaba cruzarse con Trump -quien no apareció-, los reconocimientos presidenciales suelen venir acompañados de controversia.
Entre trofeos simbólicos y aliados controvertidos, el “triángulo de hierro” parece más interesado en construir una narrativa de éxito personal que en fortalecer vínculos institucionales reales. Y así, los premios que colecciona Milei siguen acumulando más ruido que prestigio.
Góndolas
En materia de precios, el aumento del dólar a fines de julio ya se refleja en los precios de los alimentos, con un incremento del 3,1% en lo que va de agosto, impulsado principalmente por las carnes y bebidas. Este incremento fue parcialmente contrarrestado por la baja de algunos productos, como lácteos y huevos. Según el informe de LCG, en la segunda semana de agosto los alimentos y bebidas subieron un 1,1%, tras un aumento del 2% en la primera semana. El tipo de cambio mayorista subió más del 14% en julio.
El aumento de carnes y bebidas representó el 80% de la inflación semanal, mientras que las frutas, aceites, y azúcares también subieron por encima del promedio. En contraposición, las comidas listas para llevar cayeron un 0,7%.
Desde la implementación de las bandas cambiarias, el dólar subió un 21%, lo que más temprano que tarde terminará afectando a los precios, especialmente a los de las exportaciones agrícolas y bienes importados.
De candidaturas y caminos
Mientras de la mano de la crisis se sustancia la economía, apurada por los tiempos electorales también se sustancia la política. El calendario electoral rumbo a octubre, está a horas de dar a conocer los nombres, pero muchos de los integrantes de los seis frentes y otros tantos partidos ya trascendieron.
El Frente Renovador dejó todo claro en junio al anticipar como punta de lanza a Oscar Herrera Ahuad.
En las últimas horas también lo hizo la Unión Cívica Radical, que anunció al tope de su lista al eldoradense Gustavo Alberto González. El Frente Popular Agrario y Social y el Partido Justicialista llevaron la situación al límite, anunciaron un quiebre y revitalizaron las negociaciones cuyos resultados se conocerán hoy. Un sector aseguraba ayer que “Cacho” Bárbaro será el más visible de esa lista.
La Libertad Avanza misionera replicó lo sucedido en CABA y anexó al PRO y a otros dirigentes que se distanciaron de los partidos que los arroparon en junio. Diego Hartfield, electo diputado provincial, sería cabeza de lista para ir a Buenos Aires, con lo que su candidatura en junio habrá sido testimonial.
Por otro lado, la posibilidad de que Ramón Puerta sea candidato por el espacio Activar (fundado por su hijo) seguía vigente ayer mientras se sondeaban candidatos en San Vicente y Capioví.
El expolicía Germán Palavecino, impulsado por el diputado electo Ramón Amarilla, seguía buscando plataforma política ayer. Su candidatura se fue desinflando en la misma medida en que Amarilla dejó de asistir a las reuniones con él.
En paralelo, la participación del gobernador Hugo Passalacqua en la Asamblea Plenaria del Consejo Federal de Seguridad Vial sirvió para destacar la relevancia estratégica de la infraestructura que la Nación decidió abandonar.
En ese contexto, expresó preocupación por la disminución del rol del Estado en el mantenimiento y desarrollo de las rutas. El mandatario puso en su voz la queja de todos los distritos argentinos: “Las rutas nacionales son el esqueleto de la República. Si ese esqueleto se desarma, pasa lo que pasa con cualquier ser humano: nos volvemos pedazos de carne tirados en el suelo”.





