Elegir un color de cabello después de los 60 años implica más que seguir una tendencia: se trata de encontrar matices que armonicen con el tono de piel, aporten frescura y realcen los rasgos.
Según especialistas, la clave está en evitar tonalidades excesivamente cenizas u oscuras y optar por aquellas que reflejen luz. La colorista de celebridades Rita Hazan destaca que “esta tonalidad no te apaga como pueden hacerlo los tonos excesivamente cenizos u oscuros”.

Tonos claros que iluminan el rostro
Los rubios con matices de fresa aportan calidez y suavizan los cambios naturales en la pigmentación, ofreciendo un aspecto dulce y luminoso. El balayage miel, en cambio, suma dimensión al cabello y permite espaciar los retoques gracias a la transición suave de color. El castaño dorado es otra alternativa para quienes buscan conservar una base oscura, añadiendo brillo y suavidad al conjunto.
Entre los clásicos, el plateado y el rubio manteca siguen ganando adeptas. El primero moderniza el cabello canoso y, con cuidados como el uso de shampoo matizador, ofrece un resultado sofisticado. El segundo incorpora reflejos dorados que iluminan el contorno del rostro y, según la colorista Renée Valerie Radoiu, “resulta muy favorecedor en mujeres con muchas canas, ya que el crecimiento se integra de manera muy natural”.
Rojizos y marrones con efecto rejuvenecedor
Para quienes han lucido el cabello rojizo durante años, un tinte semipermanente es una solución eficaz para reavivar el color sin mantenimiento constante. Este tipo de tono aporta un toque vibrante que suaviza la apariencia y proyecta energía.
En bases oscuras, el marrón avellana proporciona un cambio sutil, con destellos claros que crean una fusión aterciopelada y sin contrastes bruscos. Este tipo de matiz logra un equilibrio entre la discreción y la renovación de la imagen, adaptándose a diferentes estilos de corte.
Desde los rubios perlados hasta los marrones luminosos, estas propuestas buscan realzar la luminosidad natural, suavizar los rasgos y acompañar con estilo cada etapa de la madurez, reforzando la confianza personal a través de un look armonioso y fácil de mantener.






