El sector forestal a nivel nacional atraviesa una situación crítica debido a la caída del mercado interno y la baja en los pedidos para exportación. Esta situación se viene complicando en los últimos tiempos y no muestra señales de mejorar a corto plazo.
En comunicación con FM 89.3 Santa María de las Misiones el presidente de la Asociación de Madereros, Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP), ingeniero Enrique Bongers, explicó que este contexto se vive “desde fines del año pasado, con la caída del mercado interno por falta de obra pública, y también una baja en la demanda para exportación en este año”.
Esto generó un impacto en varias industrias madereras en la región donde “se están viendo industrias que han tomado medidas drásticas, básicamente parar la producción, como lo que pasó con Tapebicuá y otros aserraderos”, detalló. Compartió además que tienen socios que suspendieron la producción: “Uno en Capioví, que está prácticamente parado hace más de tres semanas, otro en Eldorado a la venta y otro más en 9 de Julio que está parado”.
Esta situación compleja se suma a otros factores externos, como la apertura del país al mundo y la competencia. “El sector forestal industrial tampoco tiene hoy condiciones, ni en tasas de interés ni medidas impositivas para salir a competir con industrias similares de países limítrofes”, aseguró el ingeniero. A eso se suma la baja demanda en mercados como Estados Unidos, donde “algunos socios nos dicen que tienen muy pocas órdenes de compra, o casi nada”.
Bongers recordó que “antes el problema era el precio, porque con el aumento de costos no queda rentabilidad… hoy el problema es que no hay pedidos, eso deriva en empresas que deciden suspender su producción”.
Ante este panorama, AMAYADAP solicitó en junio medidas paliativas al gobierno provincial y nacional destinadas a mejorar la liquidez de las empresas. Sin embargo, no han tenido respuestas positivas, aunque “la provincia ha lanzado algunas medidas, pero no alcanzan al sector forestal industrial”. Mencionó que con los bancos tampoco “hay líneas de financiamiento con tasas acordes a los paradigmas actuales”.
El dirigente destacó además la presión de los costos operativos, como el alto costo de la energía, que impacta directamente en la producción: “La tasa de interés mensual que pagamos a cooperativas de energía es del 10%, y a EMSA del 6.5%”.
Respecto al empleo, Bongers alertó que la crisis afecta a más de 4.000 trabajadores directos y a tantos otros indirectos vinculados a talleres y servicios asociados. “Tenemos socios que el mes pasado tuvieron que desafectar a cinco personas, otros a tres, hay despidos hace unos dos o tres meses”, remarcó.
Sobre las perspectivas futuras y la creación de un comité de crisis liderado por la Federación de Industrias de la Madera (FAIMA), Bongers sostuvo que es necesario visibilizar esta problemática y lograr “condiciones competitivas en materia laboral, tributaria y energética para poder competir con países limítrofes”, que tienen otras facilidades y costos.
A la larga, la situación de EEUU y la elevación de aranceles de importación a ciertos países “podría abrir un abanico de posibilidades, si realmente le aplican a Brasil estos aranceles”, alertó Bongers.








