El presente de la forestoindustria argentina atraviesa uno de sus momentos más delicados en décadas. En Misiones, parte de Corrientes y en distintas provincias del país, la paralización de la obra pública a nivel nacional y la fuerte retracción de la obra privada están generando un efecto en cadena que amenaza con dejar a miles de trabajadores sin empleo.
La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) encendió la alarma y conformó un comité de crisis para analizar el impacto de esta coyuntura. En un reciente comunicado, advirtió que, además del freno en la construcción, la situación se ve agravada por la restricción al acceso al financiamiento productivo debido a tasas de interés elevadas, la caída de la demanda interna —que absorbe cerca del 80% de la producción— y las condiciones adversas del mercado externo, con inestabilidad en precios y volúmenes que limita la capacidad exportadora.
Tras el caso de la Forestadora Tapebicua en Corrientes, en Misiones, la histórica Industrias Montecarlo SA, con casi medio siglo de trayectoria en Eldorado, comunicó que detendrá su producción a partir del 18 de agosto y hasta el 21 de septiembre, dejando sin ingresos a sus 12 trabajadores.
Domingo Paiva, secretario general del Sindicato de Obreros de la Industria Maderera de Eldorado (SOIME), confirmó la medida en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones. “Nos preocupa que detrás de una suspensión muchas veces viene el cierre. Así empiezan las crisis en las empresas”, advirtió.
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Señaló que, aunque el número de afectados pueda parecer reducido, “cuando es un solo trabajador que queda sin empleo ya es grave”.
La empresa, especializada en la fabricación de palitos de helado, escarbadientes, bajalenguas, cucharitas y agitadores de madera, destina su producción a la planta de Iberia en Buenos Aires, que luego los comercializa en todo el país. Sin embargo, esa firma también enfrenta serias dificultades económicas, con caída en ventas y reducción de jornadas.
Denis Guayuán, operario con más de 20 años de antigüedad, relató que la suspensión fue comunicada primero de manera verbal y formalizada más tarde gracias a la intervención sindical.
La propuesta inicial era que los trabajadores firmaran un acuerdo para avalar el parate, pero el gremio exigió un acta que estableciera por escrito que se trataba de una suspensión temporal, con fecha de regreso prevista para el 22 de septiembre.
“Vamos a esperar este mes, ver qué pasa, buscar alguna changa para estirar, porque quedamos sin sueldo”, expresó Guayuán también en FM de las Misiones.
La crisis salarial en la planta ya lleva un mes y medio, con pagos parciales que fueron absorbidos por deudas bancarias.
“Nos sostuvimos a base de préstamos y los que tienen tarjetas se endeudaron. Ahora los bancos no nos prestan más porque no cancelamos las cuotas”, explicó.
Durante una asamblea, la empresa manifestó que la única manera de reducir costos y recuperar ventas era suspender temporalmente al personal.
El panorama es aún más preocupante porque todos los empleados tienen entre 13 y 25 años de antigüedad.
“Estamos en el horno, sinceramente no tenemos ahora qué hacer”, lamentó Guayuán, destacando que la ubicación fronteriza de Eldorado no ofrece ventajas si no hay recursos para gastos básicos.
En medio de la incertidumbre, los trabajadores recibieron ayuda alimentaria del Ministerio de la Provincia y mercaderías aportadas por el sindicato, aunque no hubo intervención directa del Ministerio de Trabajo provincial.
“El gobierno de Misiones ya bajó impuestos como ingresos brutos y adoptó medidas fiscales, pero no alcanza”, señaló Paiva.
El dirigente sindical apuntó que la política del gobierno de Javier Milei de no financiar obra pública y dejarla en manos de las provincias, sumada a la liberación de importaciones, golpea de lleno a economías regionales como la forestoindustria, especialmente en provincias con frontera con Brasil y Paraguay.
“El deseo es que se encuentre una solución o que el gobierno nacional cambie su política industrial, porque no es solo acá en Misiones, lo estamos viendo en todo el país”, reclamó.
Guayuán propuso que una salida podría ser comercializar directamente en Misiones los productos que hoy se envían a Buenos Aires y luego regresan encarecidos por el transporte.
“Sería una alternativa para poder seguir existiendo. No somos muchos, pero producimos mucho”, remarcó.
En paralelo, los empleados no descartan emplearse en otros oficios mientras dure la suspensión.
“Por acá sabemos hacer de todo: soldadura, electricidad, mecánica… porque nuestro trabajo nos obliga a aprender de todo”, dijo Guayuán.
La esperanza, concluyó, es que pasado el mes de suspensión haya noticias que permitan retomar la actividad y conservar las fuentes laborales.





