En medio de una enfermedad, cuando el cuerpo duele y las emociones oscilan entre el miedo, el cansancio y la incertidumbre, el color y la risa pueden parecer recursos menores. Sin embargo, diversas investigaciones y prácticas terapéuticas demuestran que ambos elementos tienen un profundo poder sanador, no solo en lo emocional, sino también en lo físico.
La cromoterapia, también conocida como terapia del color, utiliza los colores para equilibrar la energía del cuerpo. Cada color vibra en una frecuencia distinta y actúa sobre aspectos específicos del organismo y la mente. En estados emocionales como la depresión, la ansiedad, el miedo o la tristeza, algunos colores se convierten en aliados poderosos:
Verde: es el color del equilibrio y la regeneración. Ayuda a calmar la mente, relajar el sistema nervioso y fortalecer el sistema inmune. Ideal en estados de estrés, angustia o miedo persistente.
Amarillo: estimula el pensamiento positivo y la alegría. Su energía puede levantar el ánimo en momentos de desgano, típico de cuadros depresivos.
Rosa: aporta contención emocional, ternura y amor propio. Recomendado para acompañar procesos de tristeza profunda o duelo.
Azul claro: relaja la respiración, alivia tensiones y aporta serenidad. Es especialmente útil para tratar la ansiedad o el insomnio.
Naranja: combina la alegría del amarillo con la vitalidad del rojo. Despierta entusiasmo, energía creativa y ganas de vivir. Rodearse de estos colores, en el entorno, la vestimenta, el arte o la visualización consciente, puede tener un impacto positivo y sutil en el estado de ánimo del paciente.
En cuanto a la risa no es solo una expresión de alegría; es también una medicina natural. Reír genera endorfinas, fortalece el sistema inmunológico, mejora la oxigenación del cuerpo y reduce el cortisol, la hormona del estrés. Además, crea vínculos afectivos, promueve el optimismo y rompe, aunque sea por un instante, el círculo de angustia que puede rodear a una enfermedad.
En hospitales de todo el mundo, la risoterapia se ha incorporado como parte de programas de acompañamiento terapéutico. El humor actúa como un puente hacia lo humano, recordándole al paciente que sigue siendo persona, más allá del diagnóstico.
No se trata de reemplazar tratamientos médicos, sino de sumar herramientas que humanicen y alivien el proceso. Incorporar pequeños momentos de alegría, rodearse de colores que transmitan bienestar y abrirse a lo lúdico, puede marcar una gran diferencia en el estado general de una persona.
Porque, en definitiva, el cuerpo necesita más que medicinas para sanar: necesita esperanza, belleza, conexión. Y en ese camino, los colores y la risa tienen un lugar fundamental
¡Que tengas un feliz día, lleno de colores y risas!
Gabriela Gómez
Especialista en Cromoterapia
Whatsapp 3764-719053








