En Argentina, la elección del nombre para un recién nacido combina tradición, moda y originalidad. Aunque en otros tiempos predominaba la costumbre de bautizar a los hijos con el nombre de algún familiar o personaje religioso, hoy la flexibilización del Registro Nacional de las Personas permite inscribir denominaciones poco comunes, extranjeras o inventadas. Esto abrió la puerta a opciones que buscan destacar por su rareza, como Magnolia, Merlín o Amancio, muchas veces impulsadas por figuras públicas.
Sin embargo, hay nombres que, pese a su singularidad, no logran captar la atención de los padres. Uno de ellos es Canuta, que figura entre los menos utilizados en la historia del país: solo nueve inscripciones desde que existen registros oficiales. Su última aparición data de hace 50 años.

El período de mayor uso se registró entre 1935 y 1945, cuando seis personas fueron bautizadas con ese nombre. Antes, únicamente en 1925 se había inscripto por primera vez. Desde entonces, la elección cayó en el olvido, sin reapariciones recientes.
Origen y significado
Canuta tiene raíces poco comunes y varias interpretaciones posibles según el contexto cultural. Desde un enfoque latino, podría derivar de canna (“caña”) o canutus (“canoso”), asociado a la idea de cabello blanco, sabiduría o edad avanzada. En cambio, en la tradición nórdica está vinculada a Santa Canuta, versión femenina de San Canuto, rey mártir de Dinamarca en el siglo XI. En este caso, provendría de Knútr (“nudo” o “atadura”) y su significado se relacionaría con firmeza y fortaleza.
Otros nombres de raíz escandinava en uso en Argentina
A diferencia de Canuta, otros nombres nórdicos han logrado mayor presencia, como Ingrid (“bella, querida de Ing”), Astrid (“fuerza, belleza, amada”), Greta (derivado de Margaret), Helga (“sagrada, bendecida”), Liv (“vida”), Birgitte (versión escandinava de Brígida) o Karen (derivado de Katherine, equivalente a Catalina en español).






