El pasado sábado, en la ciudad de Posadas, el agente consular de Italia, Ricardo Lubary, realizó un taller de oratoria que superó todas las expectativas. Lo que en principio se había planificado para un cupo limitado de 40 personas terminó convocando a una audiencia mucho más amplia, lo que obligó a poner más sillas para acomodar a todos los interesados. El evento reunió a personal municipal, representantes del poder judicial, y contó con la presencia del cónsul de la República Federal de Alemania, lo que resaltó la importancia de la propuesta.
Lubary, con una trayectoria de más de cuarenta años en la enseñanza de técnicas oratorias, explicó que sus talleres se adaptan a las audiencias específicas. En diálogo con FM de las Misiones, señaló que la oratoria no es un conocimiento universal, sino que debe ajustarse según el público. En su experiencia, mientras que una fórmula matemática es la misma en cualquier parte del mundo, la forma de enseñar a hablar en público debe contemplar el contexto y la profesión de quienes participan.
El agente consular indicó que imparte cursos muy variados, desde oratoria castrense para futuros oficiales de la Policía hasta módulos especializados para profesores de historia y profesionales como arquitectos e ingenieros. Explicó que cada grupo requiere un enfoque particular para lograr una comunicación efectiva. También destacó que la oratoria es una habilidad imprescindible para cualquier ámbito laboral o social, sin importar la profesión o vocación.
Durante la charla, subrayó la importancia de elementos básicos pero fundamentales para hablar bien en público, como la postura corporal, la posición de las piernas, la mirada, el manejo de las manos y la voz. Enfatizó que la postura transmite la presencia de la persona y que “las piernas hablan”, ya que la forma en que alguien se mantiene parado o sentado transmite mensajes involuntarios que pueden jugar en contra del orador si no se controlan.
Respecto a la mirada, citó al filósofo Cicerón para destacar que “el rostro es el espejo del alma y sus ojos sus delatores”, advirtiendo que quien desvía la mirada o evita el contacto visual genera desconfianza. En cuanto al uso de las manos, explicó que los gestos deben ser armoniosos y acompañar el discurso sin distraer, criticando a quienes las mueven sin control, lo que desvía la atención del público.

La voz es otro aspecto clave para Lubary, quien habló sobre el tono, el ritmo y las pausas en la comunicación. Recalcó que “los silencios hablan”, y que a menudo son tan importantes como las palabras para transmitir un mensaje con claridad y profundidad. El taller también abordó temas como la filosofía y la psicología aplicadas a la comunicación, destacando que la oratoria es el alma mater del buen diálogo.
Lubary hizo hincapié en la superación del miedo escénico y la vergüenza, dos obstáculos que impiden que muchas personas puedan expresarse con soltura. Comentó que estas sensaciones producen bloqueos mentales que dificultan la comunicación, sobre todo en situaciones cotidianas como entrevistas laborales o presentaciones profesionales. Dijo que a pesar de que hay personas con mucho conocimiento, la falta de habilidades oratorias puede limitar su capacidad para transmitir ideas.
Al referirse a las malas costumbres en el habla, Lubary mencionó los “vicios del lenguaje”, como las muletillas o la mala pronunciación, que afectan negativamente la impresión que una persona genera al comunicarse. También habló sobre gestos nerviosos como tocarse el pelo, la nariz o la boca, que distraen y transmiten inseguridad.
El agente consular también se refirió a los nuevos desafíos que plantea la comunicación en la era digital. Explicó que, debido al auge de las redes sociales, la información se propaga muy rápido y sin un filtro adecuado, generando confusión y la difusión de “mentiras”. Comentó que las redes transforman la percepción de la realidad y que el lenguaje se ha vuelto una herramienta cada vez más difícil de manejar con precisión.
Respecto a la inteligencia artificial, Lubary expresó sus reservas sobre el uso de tecnologías para generar discursos o voces sintéticas. Consideró que si bien son herramientas novedosas, no reemplazan la comunicación humana, que es mucho más rica y auténtica. Señaló que todo lo impuesto y artificial se nota como ficción y que nada puede sustituir el contacto directo y la espontaneidad que ocurre cuando una persona habla cara a cara.
El agente consular adelantó que la experiencia en Posadas fue tan positiva que evalúa la posibilidad de ofrecer un segundo módulo en el futuro para quienes quedaron interesados pero no pudieron acceder al taller inicial. También mencionó la intención de coordinar actividades similares para el personal de la función pública, dado que la comunicación eficaz es fundamental en ese ámbito.






