El 6 de agosto, el país conmemoró el Día de la Ingeniería y el Ingeniero Agrónomo. Esta fecha, rinde homenaje a una de las profesiones más vitales para la producción de alimentos y el desarrollo sostenible. La celebración se remonta a 1883, cuando se fundó el Instituto Agronómico Veterinario Santa Catalina en Buenos Aires, una institución que años más tarde daría origen a la facultad dedicada a estas especialidades. Por este mismo motivo, la fecha es compartida también con los profesionales de la veterinaria.
En la provincia de Misiones, la fecha es particularmente relevante debido a la riqueza y diversidad de su producción agrícola y forestal. La provincia cuenta con aproximadamente 500 ingenieros agrónomos matriculados, quienes ofrecen servicios esenciales y tienen una amplia salida laboral en el vasto sector productivo.
Un rol clave
El ingeniero agrónomo es el profesional principal en la producción de alimentos, con una gran vinculación a la actualidad productiva y a la incorporación de nuevas tecnologías. Su labor se centra en la optimización de los procesos, pero siempre con una mirada puesta en la sostenibilidad. La permanente actualización profesional permite a los ingenieros agrónomos brindar servicios que apuntan al cuidado del medio ambiente, la salud del trabajador y de la sociedad en general.
En este sentido, se destacan campos de creciente importancia como la producción orgánica, la biotecnología y la nanotecnología. Además, el uso de equipos robotizados para asegurar la eficiencia en los cultivos es una realidad cada vez más presente, combinando la rentabilidad económica con una gestión ambiental responsable.
Formación profesional
La formación de nuevos profesionales en la región está garantizada por instituciones de prestigio como la Facultad de la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) en Eldorado (Misiones), la Universidad de Salvador (USAL) en Gobernador Virasoro (Corrientes) y la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) en Corrientes.
En la UNaM, la facultad formó a más de 70 profesionales desde 2012 y actualmente cuenta con una matrícula de 490 alumnos, lo que asegura un flujo constante de talento para el sector.
El ingeniero agrónomo recién recibido tiene una conexión directa con la producción de alimentos, tanto primarios como industriales, así como con la industria de la indumentaria y la comunicación. Su capacitación le permite intervenir en el sector rural para mejorar la producción, cuidando los recursos naturales, y contribuyendo a la calidad de vida y a la seguridad alimentaria de la población.
Ecosistema de Profesionales
Para el ingeniero agrónomo Marcelo Warchol, la profesión se destaca por su carácter integrado. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, expresó: “Es una profesión muy integradora en el ecosistema y en el agroecosistema también”. Además, subrayó la importancia de la colaboración con otros especialistas. “Tenemos muchas relaciones con otros profesionales, con los veterinarios, con los ingenieros zootecnistas y con los ingenieros forestales”, afirmó.
El especialista destacó que en la provincia ya existen consultoras que trabajan de forma asociada, uniendo sus diferentes campos de especialización: “Cada uno tiene sus incumbencias dentro de su profesión y está en todo el proceso tecnológico, cada uno va ocupando parte de lo que corresponda”, explicó.
A esta forma de trabajo colaborativa la denominan “asociaciones”, con el objetivo de “compatibilizar incumbencias profesionales de manera de crear una armonía y tener siempre como llegar a un producto final”, ya sea una materia prima, una fruta o verdura fresca, o un producto industrial de alta calidad.






