El merendero Rayito de Sol inició una colecta solidaria para festejar el Día del Niño con una chocolatada especial, pan casero y golosinas para los chicos que asisten semanalmente al lugar.
Norma y José, responsables del espacio, explicaron que la intención es “regalarles una sonrisa” en el mes de las infancias, pese a las dificultades para conseguir insumos básicos.
“Por cómo está la situación, vamos a esperar hasta el último domingo del mes, porque hay que ir juntando de todo. Para la fiestita queremos servirles como mínimo una buena chocolatada, que ellos se sientan especiales y, si de paso podemos darles una bolsita con golosinas, sé que se van a poner muy contentos”, expresó Norma, con la esperanza de que la comunidad se sume a la iniciativa.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN contó que la semana última, el merendero no pudo servir mate cocido con pan por falta de leche. Como alternativa, ofrecieron pan casero con picadillo y jugo, pero no alcanzó para todos.
“Esta mañana recibimos donación de panes fresquitos de una panadería local y unos días antes una frutería nos trajo tomates y zanahorias. Todo nos viene súper bien, porque nos las ingeniamos para prepararles lo que se puede con lo que tenemos”, contó Mirta Ramos, referente de una ONG que colabora con el lugar.
Las donaciones pueden coordinarse a través de los números 3755-74-7663 y 3755-59-8820. La lista de insumos prioritarios incluye golosinas, leche, azúcar, cacao, harina, levadura, aceite, dulce de batata o membrillo, así como elementos para decoración y ambientación como globos y banderines.
“Si nos donan harina y levadura les hacemos panes caseritos, facturas o bollitos; eso sería lindo para ellos. En cuanto a las golosinas, les armamos unas bolsitas con TNT, yo me pongo detrás de la máquina de coser y las hago. Para Pascuas armamos 63 bolsitas. Aunque regularmente acá meriendan entre 30 y 35 chicos, en ocasiones especiales como esta vienen 50 o 60. Queremos que nadie quede sin nada”, señaló Norma.
Juguetes y ropa en desuso
Aunque su prioridad es garantizar la merienda, la encargada también sugirió sumar juguetes nuevos o usados en buen estado.
“Sería hermoso que nos manden juguetitos. Si no alcanza para todos podemos hacer un sorteo; eso también los va a dejar muy contentos. Son chicos a los que les falta de todo, cualquier juguetito por más chiquitito que sea para ellos es la felicidad total”, sostuvo emocionada.
Según contó en una reciente visita de este Diario a ese espacio de contención la tarea nunca fue fácil, pero empeoró en los últimos dos años por los ajustes de la Nación al área social.
“Está muy escaso todo y hay que andar mucho para poder conseguir algo; la Municipalidad nos está brindando un soporte. Sigo estando por lo que me da el municipio para los chicos, trato de hacer alcanzar la comida con eso y gracias a una panadería que regularmente nos dona un poco de pan. Cuando no conseguimos, compramos harina y aceite y lo fabricamos nosotros: pan, pan dulce, facturas, bollos, lo que sea”, describió Norma.
Esperanzados
Estos días de frío y la lluvia tampoco detuvieron la actividad, aunque las meriendas fueron más sencillas.
“Los chicos asisten los martes y viernes. El martes les servimos pan con picadillo y jugo, porque leche no conseguimos. Fui a buscar una orden que me dieron y no había. Me dijeron que recién la semana que viene van a tener. Mientras tanto, cuando tenemos les damos té o mate cocido”, explicó.
“Siempre cuando parece que se cierra una puerta yo digo ‘Dios proveerá’. Y de algún lado siempre alguien da lo mejor”, finalizó.





