La desaceleración de la obra pública y la falta de créditos hipotecarios golpean a la industria del hormigón en Misiones. Aunque no atraviesan su peor momento, las empresas acusan una caída significativa en la actividad y buscan alternativas para sostenerse sin recurrir a recortes de personal.
Desde las hormigoneras destacan el potencial de la demanda privada y el interior de la provincia como amortiguadores de la crisis.
Uno de los testimonios que reflejan este escenario es el de Gian Franco Capobianco Gordillo, gerente de Producción, Calidad y Ventas de HORMISA. En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, reconoció que la situación actual acompaña la merma en el ritmo de la construcción a nivel nacional y que la producción de hormigón elaborado se redujo de forma considerable, tanto en el ámbito estatal como en el privado.
Capobianco explicó que HORMISA forma parte de la asociación de empresas del rubro, próxima a convertirse en cámara.
“La producción bajó al mismo ritmo que las obras. Si bien hubo un buen repunte a comienzos del año, en comparación con 2024, la actividad se encuentra frenada. Algunas firmas siguen operando, pero el movimiento en las calles está muy limitado”, describió.
Ante este panorama, desde HORMISA apuestan al segmento privado como vía para mantener operativa la planta
“Creemos que Posadas tiene un gran potencial para la inversión. Es una ciudad que necesita más empresas como las que están construyendo edificios por distintos puntos. Si hubiera veinte firmas de ese tipo, la producción se mantendría estable”, señaló el gerente.
Además, Capobianco destacó que, frente a la caída del volumen de obra, la clave es adaptarse. Por eso, su firma decidió ampliar la oferta de servicios y productos para contribuir a una construcción más eficiente.
“La supervivencia empresarial requiere nuevas ideas. Estamos trabajando en soluciones que ayuden a otras compañías a optimizar sus procesos”, explicó.
En ese sentido, mencionó la importancia de los controles de calidad y las normas mínimas en el trabajo con hormigón.
“Tuvimos reuniones con referentes locales sobre este tema. La idea no es imponer exigencias, sino colaborar con el cumplimiento de los requisitos técnicos necesarios. Como empresa certificada, cuidamos los intereses de nuestros clientes y del sector”, agregó.
Un diagnóstico similar brindó Sergio Sebo, de Hormigonera El Nochero. Según precisó, en los últimos meses la actividad cayó un 35%, y fue necesario reducir la carga horaria un 25%, aunque sin despedir trabajadores.
La planta mantiene 60 empleados en funciones y busca sostenerlos con tareas vinculadas al sector privado y a la demanda de industrias del interior de la provincia.“Esta no es la peor crisis que enfrentamos”, aseguró Sebo, al tiempo que remarcó que el mayor impacto se siente en Posadas, donde la obra pública y los créditos hipotecarios tienen un rol más determinante para el movimiento del sector.
A pesar del retroceso, confía en una mejora progresiva con la eventual recuperación económica.
Ambas firmas coinciden en que la construcción pública paralizada es el principal factor que afecta al rubro. También consideran que, en un contexto más favorable, con créditos accesibles e inversión estatal, la industria puede retomar su dinamismo. Ambas empresas priorizaron el sostenimiento de los puestos laborales, optando por reestructurar tareas y horarios en lugar de aplicar recortes. Esa decisión responde a una visión a mediano plazo, basada en la expectativa de reactivación.
Mientras aguardan señales de recuperación, las hormigoneras misioneras trabajan en reforzar su presencia en otros mercados, con productos adaptados a nuevas necesidades. La diversificación aparece como una respuesta concreta ante la incertidumbre. La apuesta a la innovación, la capacitación técnica y el fortalecimiento de vínculos con actores del sector privado son parte de la estrategia.





