El juez de Instrucción de esta localidad, Gerardo Casco, solicitó mediante oficio al Cuerpo Médico Forense una ampliación o informe complementario de la autopsia realizada al tarefero que fue asesinado y sus ojos mutilados, señalaron fuentes del caso.
Al parecer la causa de muerte de Luis Salvador Batista Da Silva, de 48 años, habría sido ocasionada por uno o más golpes en la cabeza que le ocasionaron fractura de cráneo, sin embargo, lo que el magistrado pretende determinar fehacientemente tiene que ver con los globos oculares.
En principio, Casco intenta saber si los ojos fueron arrancados por el agresor cuando la víctima estaba con vida, lo que podría cambiar la calificación del hecho, de “homicidio simple” (figura penal con la que imputaron al acusado) a “homicidio agravado por ensañamiento o alevosía”, teniendo en cuenta que si la mutilación se produjo antes del deceso es que el asesino buscó generar en el tarefero una agonía con sufrimiento.
Por ello esta pericia será clave para el futuro procesal del único detenido por el hecho, un joven de 19 años cuyas supuestas manifestaciones tuvieron repercusión en medios nacionales, ya que tras el hecho y al llegar a su domicilio con los ojos en la mano le habría dicho a su madre “maté al diablo”.
En ese sentido, se supo que el magistrado solicitó una pericia psicológica al detenido para determinar si comprende la criminalidad de sus actos.

El hallazgo del cuerpo
El caso y tal como publicó este Diario, salió a la luz tras el hallazgo del cuerpo de la víctima, el pasado martes 29 de julio en el barrio Tarumá de San Vicente. Ese mismo día fue capturado el sospechoso.
Ambos involucrados eran vecinos y al parecer se conocieron por trabajar juntos en la tarefa.
El domingo anterior al descubrimiento del cadáver (27 de julio) a las 22, fueron vistos compartiendo tragos. Luego, los observaron dirigirse hacia una zona cercana a donde dos días después sería hallado el cuerpo. Estos testigos fueron claves para llegar al sospechoso, quien fue arrestado en su domicilio.
Al allanar el lugar los efectivos solamente hallaron uno de los globos oculares, y por el momento se desconoce dónde podría estar el otro. Aún se desconoce el móvil del crimen. La víctima, además de la ausencia de globos oculares, estaba semidesnuda y presentaba “excoriaciones en la espalda, heridas cortantes en el rostro, cavidad bucal y mentón, contusiones y golpes en la cabeza”.









