Durante una entrevista con FM 89.3 Santa María de las Misiones, Leo Bilanski, presidente de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (ENAC), describió un panorama alarmante para el sector productivo nacional y aseguró que la actual política económica del Gobierno nacional está conducida por una “dictadura de los financieros”. En sus palabras, el ajuste implementado por el ministro Luis Caputo y avalado por el presidente Javier Milei, ya provocó el cierre de unas quince mil pequeñas y medianas empresas en todo el país.
Bilanski sostuvo que “cierran cuarenta PyMEs por día” y denunció que el número no sólo refleja la falta de gestión, sino también una intención deliberada del Gobierno nacional. Recordó que en julio del año pasado expuso ante el Congreso el riesgo que implicaba la Ley Bases y denunció que esa normativa ponía en juego el 10% del capital productivo argentino, lo que equivalía a unas cincuenta mil firmas.
Desde entonces, dijo, las advertencias fueron sistemáticas, sin embargo afirmó que no hubo reacción ni contención por parte del Estado. “Pedimos la ley de emergencia al Congreso y también al Poder Ejecutivo. Esto lo hicimos frente a la Casa Rosada, el presidente no puede desconocer lo que sucedió”, expresó. De hecho, remarcó que semanas atrás incluso funcionarios del propio Gobierno, que luego renunciaron, reconocieron que sólo en 2024 habían cerrado unas trece mil PyMEs.
El titular de ENAC calificó esa situación como el resultado de una decisión política. “Esto es lo que se deseó por parte del Ministerio de Economía”, dijo al señalar que no se trató de una consecuencia no prevista, sino de una medida deliberada. Además, opinó que el cierre de la Secretaría PyME y la Secretaría de Industria fue un gesto inequívoco: “Nosotros somos la casta. Somos el enemigo para Milei”.
En ese marco, consideró que el Gobierno promovió una visión maniquea en la que el empresariado nacional, lejos de ser un actor estratégico, fue convertido en adversario. “Pasamos de ser algo desconocido a ser directamente el enemigo del presidente y del ministro de Economía”, planteó.
Según Bilanski, el ataque no es generalizado sino selectivo. Indicó que el ajuste golpea con fuerza a quienes producen y venden en el mercado interno, mientras que favorece a sectores concentrados como mineras, petroleras, agroexportadoras y bancos. “A esos les está yendo muy bien”, afirmó, aunque aclaró que se trata de no más de mil quinientas grandes empresas que no representan al grueso del aparato productivo nacional.

Desde su óptica, este modelo económico no tiene futuro. Comparó el discurso oficial con el que sostuvo Mauricio Macri durante su gestión y recordó que en ese contexto se perdieron veinticinco mil PyMEs. “No veo cómo destruir PyMEs vaya a generar algo constructivo para el futuro de la nación”, advirtió. También cargó contra la idea de que el sacrificio presente garantizará beneficios a largo plazo. “No poder resolver el corto plazo, no vas a poder resolver el futuro”, sentenció.
A su juicio, el presidente incumple incluso sus propias promesas ideológicas. “Juró dar la vida por la propiedad privada” pero lo primero que hizo fue “pisarle la cabeza a quince mil empresas PyME”. Y se preguntó “para quién está gobernando Milei si no es para las corporaciones extranjeras”.
Bilanski subrayó que la carga fiscal que soportan las PyMEs sostiene la estructura del Estado. “Nosotros somos los que pagamos los impuestos, los que hacemos que las ciudades y las provincias tengan vida”, dijo. Por eso ironizó sobre el planteo de que el sector sea tratado como enemigo. “Si no nos quiere, que no nos cobre impuestos”.
Más adelante, remarcó que el cierre de organismos clave para el desarrollo productivo implica el avance de una nueva lógica. “Las PyMEs acabamos de entrar en una dictadura de los financieros”, afirmó. “Voltearon la Secretaría de Industria, voltearon la Secretaría de la pequeña y mediana empresa. Son personas que no saben diferenciar una tuerca de un tornillo, que ven a la economía en un Excel acá en Plaza de Mayo”, dijo, y agregó que quienes hoy gobiernan no conocen la economía real ni los sectores productivos que generan empleo y valor agregado.
La gravedad de la situación llevó a Bilanski a emitir una recomendación dura pero concreta. “A muchos empresarios les dije que cuiden su patrimonio, que no lo regalen”, señaló. A quienes estén en sectores afectados les sugirió cerrar, preservarse y relocalizarse cuando haya un nuevo modelo. “El daño que se viene va a ser estructural”, advirtió.






