El juez de Instrucción de esta localidad, Gerardo Casco, imputó por “homicidio simple” al joven acusado de asesinar a puñaladas y golpes y de arrancarle los ojos al tarefero Luis Salvador Batista Da Silva, de 48 años, señaló un portavoz. Fue durante la audiencia indagatoria, donde el magistrado además notificó al individuo de que seguirá detenido hasta que se completen todas las medidas procesales. A su vez, el sospechoso se abstuvo de declarar.
El crimen fue cometido en el barrio Tarumá de ese mismo municipio y salió a la luz el martes 29 de julio, cuando hallaron el cuerpo de la víctima, semidesnudo y con signos de haber sido atacado con arma blanca. Le habían mutilado los globos oculares.
Ese mismo día fue capturado el sospechoso. La madre del presunto asesino habría manifestado a las autoridades que su hijo “llegó a la casa con ambos ojos en la mano y le dijo que mató al Diablo”.

Ambos involucrados eran vecinos y al parecer se conocieron por trabajar juntos en la tarefa. El domingo anterior al descubrimiento del cadáver (27 de julio) y a las 22, fueron vistos compartiendo tragos. Luego, los observaron dirigirse hacia una zona cercana a donde dos días después sería hallado el cuerpo. Estos testigos fueron claves para llegar al sospechoso, quien fue arrestado en su domicilio. Al allanar el lugar los efectivos solamente hallaron uno de los globos oculares, y por el momento se desconoce dónde podría estar el otro.
Los forenses trataban de establecer las causas fehacientes del deceso y determinar si las mutilaciones ocurrieron en vida o post mortem. Aún se desconoce el móvil del crimen. La víctima, además de la ausencia de ojos, presentaba “excoriaciones en la espalda, heridas cortantes en el rostro, cavidad bucal y mentón, contusiones en la cabeza”.









