Poco más de cuatro años después de que condenaran a dos hombres por los homicidios de Olivia Márquez (46) y su pareja Sandro Leiva (39), ahora le llega el turno al tercer implicado. No fue juzgado porque en ese entonces aún estaba detenido en Brasil, adonde se profugó tras el crimen.
Según pudo saber este Diario, los próximos 26 y 27 de agosto el Tribunal Penal de Oberá abrirá audiencia para juzgar a Pablo Duglokinski (42), acusado de los delitos de “homicidio doblemente calificado por ensañamiento y alevosía en concurso de dos o más personas”.
El expolicía Víctor Dlugokinski (37) y su cuñado Leandro Bublitz (44), tras seis audiencias de debate, fueron sentenciados el 6 de mayo del 2021 a la pena de prisión perpetua por el asesinato de la pareja.
El hecho ocurrió el 28 de marzo de 2017, en la chacra de los Duglokinski ubicada en el límite geográfico de Florentino Ameghino y Panambí. Allí las víctimas fueron ejecutadas y enterradas en la ladera de un cerro.
Tras el hecho aprehendieron a Bublitz y seis días después del doble homicidio aprehendieron a Víctor Duglokinski en Brasil. Estaba alojado en un hotel y había salido a caminar junto a su mujer y su hijo, cuando la policía de Brasil lo detuvo en la vía pública.
En tanto, Pablo Dlugokinski estuvo prófugo hasta febrero de 2019, cuando su expareja avisó a la Justicia que él se encontraba en el país de manera ilegal y dio su ubicación. La policía lo arrestó en un bar de Sao Sebastiao Do Caí, unos 70 kilómetros al norte de Porto Alegre donde trabajaba como cantante. Ya en la delegación supieron que tenía pedido de captura activo desde Argentina.

En el juicio, Leandro Bublitz hizo mención a lo que se hablaba antes respecto a la motivación del doble crimen. Dijo que Víctor le confesó que habían matado a Márquez y Leiva para vengar a su padre. Había sucedido que meses antes, el progenitor de los Dlugokinski había muerto calcinado en la vivienda de la chacra ubicada en la zona de Puerto Rosario.
Los hermanos consideraron que el incendio fue intencional. Que la pareja lo había planeado para quedarse con la propiedad del hombre. Al ser Olivia pariente nunca iban a sospechar nada y todo quedaría como un hecho accidental, creyeron ellos. Eso los llevó a gestar un plan en el que participó también Bublitz, según lo determinó la Justicia.
La pareja hacía trabajos en esa chacra y aquella noche de marzo los llamaron para que fueran. En la casa quedó un pollo sobre la mesada que estaban por preparar para la cena. Subieron a la motocicleta y no llevaron cascos. Pensaron que regresarían enseguida.
Ya en el lugar fueron golpeados y ejecutados a tiros. A Olivia la hicieron arrodillar y le dispararon en la nuca. Luego cargaron los cuerpos en un carro que tenía marlos de maíz y subieron al cerro para enterrarlos.
Esa noche, un control de Gendarmería demoró a los tres. En un automóvil llevaban la moto desarmada de la pareja. Los dejaron seguir. El vehículo de las víctimas fue abandonado en un arroyo.












