El dólar volvió al centro de la escena financiera con una suba del 4,5% en la jornada del jueves y un alza acumulada del 14% durante julio. A pesar del salto, en los mercados prevalece un clima de atención más que de alarma. La mirada está puesta en un escenario que, aunque con variables controladas, promete alta volatilidad en los próximos meses, especialmente por la menor oferta estacional del agro y la creciente incertidumbre política de cara a las elecciones legislativas de octubre.
A muy corto plazo, la dinámica cambiaria parece difícil de proyectar. Analistas consultados coinciden en que el tipo de cambio se encuentra cerca del techo de la banda de flotación oficial –en torno a los $1.450–, lo que podría frenar nuevas subas inmediatas. Sin embargo, no todos descartan nuevos movimientos al alza, al menos hasta que se disipen algunas dudas clave del escenario financiero.
En ese contexto, el anuncio del Fondo Monetario Internacional tras el cierre del jueves trajo algo de alivio: el organismo confirmó la aprobación de la primera revisión del acuerdo y anunció un desembolso de USD 2.000 millones para este viernes. Aunque positivo, el dato ya había sido anticipado por los inversores, por lo que su impacto en el mercado será limitado.
Factores detrás de la escalada
El incremento en la cotización responde a una combinación de factores que se acumularon hacia fin de mes. Gustavo Quintana, operador de cambios, señaló que el cierre de posiciones de julio generó una demanda adicional de divisas, a lo que se sumó una caída en la oferta de dólares proveniente del agro, un comportamiento habitual cuando finaliza la estacionalidad de las exportaciones fuertes.
“Ante este escenario, el mercado ajusta con correcciones alcistas. Es propio de sistemas con libre fluctuación. En todo el mundo, los tipos de cambio se mueven en ambas direcciones. Lo que vemos ahora no es inédito”, explicó Quintana.
Pablo Lazzati, CEO de Insider Finance, apuntó que el repunte de las últimas 24 horas también estuvo vinculado a la liberación de pesos que no se renovaron en la última licitación de deuda del Tesoro. Parte de ese dinero migró hacia el dólar, presionando sobre la cotización.

En tanto, Segundo Derdoy, analista de Inviu, subrayó que el desanclaje de expectativas tras la eliminación de las Letras de Financiamiento (Lefi) provocó incertidumbre en torno a las tasas en pesos y alentó movimientos hacia activos dolarizados. Sin embargo, destaca un dato positivo: “La suba del tipo de cambio vino acompañada por un aumento en las tasas fijas en pesos. Esto indica que no estamos ante un problema de credibilidad, sino ante un ajuste saludable en las expectativas del mercado”.
¿Hasta dónde puede llegar el dólar?
Derdoy y otros analistas coinciden en que el tipo de cambio oficial podría estar acercándose a sus máximos de corto plazo. La cercanía con el límite de la banda cambiaria regulada por el BCRA lleva a pensar que podría comenzar un proceso de estabilización. Incluso, algunos inversores podrían anticipar ventas si esperan intervenciones oficiales.
Lazzati proyecta que la cotización podría moverse en un rango de entre $1.250 y $1.325 en las próximas semanas, mientras que Gustavo Ber, otro analista de referencia, no descarta una zona levemente superior, entre $1.300 y $1.350. En ambos casos, descartan por ahora un descontrol abrupto del mercado, pero señalan que la clave estará en la reacción del BCRA y en las señales fiscales.
Desde Buenbit, plataforma de intercambio digital, informaron que la volatilidad impulsó un repunte en las operaciones de cambio por parte de los usuarios. La percepción generalizada es que la tensión podría persistir, especialmente por el clima electoral, que en Argentina históricamente impulsa procesos de dolarización preventiva.
Lo que viene
Para los próximos días, los operadores esperan que el mercado muestre mayor claridad. El cierre de posiciones de julio quedó atrás, y se anticipa un leve aumento de la oferta de divisas gracias a remanentes de soja aún sin liquidar. “Siguen entrando camiones a los puertos. Algunos analistas sostienen que todavía hay un colchón exportador para trabajar”, señaló Quintana.
Aun así, advierte que la estabilidad podría ser pasajera: “En agosto empieza el tramo más caliente de la previa electoral. Y eso, en nuestro país, siempre tensiona el mercado cambiario”.
(Fuente: IProfesional)







