La interna renovadora en Puerto Esperanza se desbordó y ya alcanzó niveles de ruptura institucional. El presidente del Concejo Deliberante, Sergio Giménez, denunció que el intendente Horacio Zarza bloqueó el funcionamiento del órgano legislativo al impedir el uso del presupuesto, perseguir a empleados identificados con el sector del exintendente Alfredo Gruber y violar sistemáticamente la Carta Orgánica municipal.
El conflicto, de fuerte contenido político y personal, puede derivar en una demanda por “conflicto de poderes”.
“Somos un poder independiente y fuimos elegidos por el voto de la gente. Sin embargo, el intendente no nos deja funcionar: nos obliga a pedirle vales para cada gasto, no paga ninguna factura del Concejo y nos cercena totalmente el presupuesto”, aseguró Giménez en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
Según el titular del cuerpo deliberativo, Zarza -que asumió la intendencia en diciembre de 2023- buscó desde el inicio controlar también el Concejo.
“Quería la presidencia, pero no la consiguió. Entonces presentó un proyecto de superpoderes para decidir a quién pagar, a qué empleados echar, y tomar decisiones propias del Concejo, con el argumento de que el municipio estaba en crisis. Pero al mes compró una máquina y después dos camionetas, una sin licitación y otra con una licitación que nunca pasó por el Concejo. ¿Qué crisis es esa?”, se preguntó.
La relación se agravó cuando el Concejo rechazó un proyecto millonario para colocar cámaras de seguridad por más de 200 millones de pesos.
“Nunca presentó el contrato con la Provincia, ni detalles técnicos. Era una suma desproporcionada para un municipio que decía estar en cesación de pagos”, relató Giménez.
Con el correr de los meses, la tensión escaló. En diciembre de 2024, volvió a intentar quedarse con la presidencia del Concejo, pero no lo logró y después de eso Zarza habría comenzado una serie de represalias.
“Echó a la esposa del concejal Villafañe porque no lo votó a él, y a mi hermana, que trabajaba desde la gestión anterior. Me acusó de nepotismo, pero yo no la designé. Lo mismo hizo con empleados que venían del sector de Alfredo Gruber: les quitó la cuenta de mayor dedicación, lo que equivale a un recorte del 30% del sueldo. A muchos les dice que si quieren volver a cobrar tienen que compartir y aplaudir lo que él publica en redes”, denunció.
Contexto
Según se expuso, la interna renovadora en Esperanza tiene como trasfondo una pulseada entre el grupo que responde al exintendente Gruber y la nueva conducción de Zarza. Giménez integra el primero, pero asegura que el conflicto ya no es político, sino institucional.
“El intendente no respeta la Carta Orgánica, no respeta la división de poderes y persigue a los que no se subordinan. Nos impide asistir a los vecinos, nos corta el presupuesto, y nos obliga a mendigar vales para poder comprar mercadería para la gente humilde. Todo está parado”, afirmó.
Incluso acciones sociales como la entrega de cajas navideñas provocaron tensión.
“El Concejo decidió entregar cajas no solo a sus empleados sino también a municipales, bomberos, personal de salud y jubilados, porque el intendente no dio en dos años. Eso lo enojó más. Y cuando la gente empezó a decir que el presidente del Concejo ayuda más que el intendente, directamente ordenó no pagar ninguna factura que venga del Concejo”, explicó Giménez.
El Concejo espera una resolución política que venga de la Provincia pero en caso de no avanzar, podrían buscar una salida con la justicia, apelando a otras herramientas institucionales para investigar al jefe comunal o un conflicto de poderes.
“Queremos evitar una crisis mayor, pero no vamos a quedarnos de brazos cruzados”, sentenció Giménez.
Finalmente describió que la situación, que comenzó como una disputa por el control político, ya se transformó en una parálisis institucional que golpea directamente a los vecinos.
Y amenaza con profundizarse en plena campaña electoral de cara a las elecciones de diputados nacionales de octubre.





