Los colores no solo están presentes en los espacios que habitamos o en los objetos que nos rodean, sino que también viajan con nosotros. La ropa que elegimos cada día tiene un impacto emocional y psicológico. No es casual: el rojo puede activarnos y elevar la autoestima, el azul calma y transmite confianza, el verde armoniza, el amarillo estimula la creatividad, el naranja levanta el ánimo, y el violeta conecta con lo espiritual.
En cromoterapia, estos efectos se trabajan de manera consciente para tratar síntomas como el estrés, la ansiedad o el cansancio. Aplicados a la moda, los colores pueden ayudarnos a transmitir lo que necesitamos o atraer aquello que deseamos.
Hoy más que nunca, la moda no se trata solo de seguir tendencias. Vestir bien implica sentirse bien, y en esa ecuación, el color cumple un rol esencial. En invierno, muchas personas tienden a refugiarse en los tonos neutros, oscuros o apagados. Sin embargo, incorporar toques de color puede ser revitalizante y cambiar nuestro estado de ánimo.
Un abrigo rojo, una bufanda naranja, un labial fucsia o una cartera verde pueden ser más que un detalle: pueden elevar la energía del día, transmitir vitalidad a quien nos mira y ayudarnos a conectar con nuestro propio poder interno.
Consejos para vestirse bien y con propósito en invierno
1. Conocé tu energía: Observá cómo te sentís y qué color podría ayudarte. Si estás bajoneada, tal vez necesitás un toque de amarillo o naranja. Si estás agitada, el azul puede ayudarte a calmarte.
2. Sumá color por capas: En invierno usamos muchas prendas. Aprovechá las capas para combinar texturas y colores sin dejar de abrigarte. Un suéter colorido debajo de un tapado neutro puede marcar la diferencia.
3. Usá accesorios cromáticos: Pañuelos, gorros, guantes, collares, lentes o carteras son aliados para sumar color de manera sencilla y divertida.
4. Vestirse es una forma de autocuidado: No esperes una ocasión especial para ponerte esa prenda colorida que tanto te gusta. El invierno también puede ser vibrante si así lo decidís.
5. Jugá con la intuición: A veces el cuerpo “pide” un color. Escuchá esa señal. Puede ser tu manera de equilibrarte emocionalmente.
La cromoterapia nos recuerda que los colores no son solo una cuestión estética: vibran, nos impactan y transforman nuestro estado interno. En la moda, elegir colores con conciencia nos permite expresar quienes somos, cómo nos sentimos y hacia dónde queremos ir. En los días fríos, cuando todo parece más apagado, animarse al color puede ser un acto de amor propio.
Gabriela Gómez
Especialista en Cromoterapia
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