Nuestra computadora guarda archivos y “basura” de programas, hasta el punto de hacerse lenta y pesada, así también nos sucede a nosotros cuando acumulamos el dolor, miedo, enojo y tantas otras emociones que no limpiamos en nuestro interior.
La intensidad con la que se vive una carga emocional no tiene que ver con la magnitud de lo que sucedió sino en cómo este suceso es vivido por la persona. Ya es sabido que acumular estos sentimientos durante largos periodos, puede generar problemas de salud físico y mental.
Todos hemos experimentado malestar físico después de sentir enojo miedo o tristeza. Para limpiar esos sentimientos y sensaciones que nos impiden vivir una vida plena, debemos reconocer esa carga ponerle nombre y ver de donde proviene.
Esto no es fácil ya que tenemos muchas defensas que nos protegen para no recordar lo que nos dolió. Por eso necesitamos un espacio terapéutico donde alguien nos guie en este proceso. Si te gusta escribir podés hacer una lista de cosas que querés perdonar y soltar.
Los que tenemos fe nos ayuda muchísimo entregar a Dios las situaciones que no podemos manejar. Hablar de nuestras emociones no es un tema fácil, sobre todo en la sociedad donde vivimos.
En la cual se está invalidando todo el tiempo lo que sentimos. Escuchamos a diario “no llores”, “no te enojes”, “no estés mal”, etc. Esto hace que tapemos lo que sentimos, y nos cueste conectar con lo que nos sucedió o nos está sucediendo.
Observarnos es el punto de inicio para liberarnos de estas cargas emocionales, que no nos dejan sentirnos plenos y libres.
Hoy puede ser un buen día para empezar a mirar dentro tuyo y animarte a sentir qué cosas ya no querés más, soltar las cargas de tu mochila y caminar más liviano. Bendiciones.
Prof. Paula Vogel
Gimnasia para el Alma.
Whatsapp: 3764-414872








