El Gobierno enfrentó este martes una licitación clave para renovar vencimientos por casi $12 billones en un contexto marcado por la presión cambiaria, alta volatilidad financiera y desconfianza creciente en el mercado a pocos días de las elecciones bonaerenses. A pesar de ofrecer tasas muy elevadas, el Tesoro no logró renovar el 25% de su deuda, lo que representa un traspié significativo para el ministro de Economía, Luis Caputo.
De acuerdo con los datos oficiales difundidos por la Secretaría de Finanzas, se adjudicaron $9,023 billones sobre un vencimiento total de $11,8 billones, alcanzando un rollover del 76,34%, por debajo de lo necesario para evitar emisión o ajustes en el plan financiero.
El Gobierno convalidó tasas efectivas anuales (TIREA) de hasta 65,33% en algunas LECAPs, en un intento por tentar al mercado. Aun así, las ofertas totales recibidas sumaron apenas $9,4 billones, una muestra del escepticismo reinante.
Bonos atados al dólar: sin interés del mercado
Otro dato llamativo fue el escaso interés por los bonos dólar linked, instrumentos tradicionalmente buscados para cubrirse ante la devaluación. De las cuatro series ofrecidas, tres quedaron desiertas. Solo se adjudicó parcialmente el título con vencimiento en diciembre (TVZD5), por un monto marginal de $0,053 billones. Este comportamiento podría interpretarse como una menor expectativa de devaluación abrupta en el corto plazo, aunque también evidencia apatía hacia la deuda pública en general.

Los detalles de la licitación
Entre los instrumentos adjudicados, se destacan:
LECAP S15G5: $3,73 billones al 4,28% mensual (TIREA 65,33%)
LECAP S29G5: $2,44 billones al 4,02% (TIREA 60,54%)
Otros plazos más cortos con tasas entre 51% y 55% anual efectiva
En tanto, en la categoría BONCER ajustado por CER, se adjudicaron solo $0,117 billones. El bajo monto refleja la preferencia del mercado por instrumentos más líquidos y de vencimientos más cercanos.
El BCRA, forzado a intervenir: dólar mayorista en el techo
El Banco Central intervino activamente para evitar una suba del dólar mayorista más allá de los $1.300, su nivel máximo tácitamente tolerado. Para ello, ejecutó operaciones de REPO a tasas crecientes, que llegaron al 51% anual, y ventas de bonos para controlar las cotizaciones del CCL y el MEP, que cerraron apenas por debajo del umbral clave.
Analistas como Javier Giordano y Cristian Buteler destacaron que se suspendió de hecho la “tasa endógena” que regía en el nuevo esquema monetario, y que la autoridad monetaria volvió a fijar precios en el mercado.
¿Contención cambiaria a costa de mayor deuda?
El esquema actual plantea un dilema creciente: contener el dólar a costa de asumir mayores compromisos de deuda a tasas cada vez más elevadas. A pesar del reciente desembolso del FMI por USD 1.350 millones, los fondos solo cubren el 25% de los vencimientos hasta octubre.
Desde Mega QM advirtieron que el equilibrio actual se sostiene gracias a un combo de contracción monetaria extrema, tipo de cambio contenido e intervenciones permanentes. Sin señales fiscales claras ni un respaldo político fuerte, ese equilibrio resulta difícil de mantener.
Además, la dolarización preelectoral continúa firme, y la rigidez del sistema bancario, que prioriza instrumentos de corto plazo, restringe la duración de los portafolios y obstaculiza el financiamiento a largo plazo.
(Fuente: IProfesional)







