Pablo Cortese, presidente del Servicio Nacional de Sanidad Agroalimentaria (Senasa), presentó su renuncia tras menos de ocho meses en el cargo, en el contexto de al disputa desatada por la importación de la vacuna contra la fiebre aftosa.
Si bien se adujo “motivos personales”, en el entorno la pulseada por las vacunas importadas pesaba como explicación de la renuncia. La controversia se originó cuando, bajo la gestión de Cortese, Senasa facilitó la importación de productos veterinarios, una política impulsada por el gobierno de Javier Milei para reducir los costos en el sector agropecuario. Esta decisión provocó el rechazo de los laboratorios nacionales, que consideraron amenazada su posición en el mercado.
La tensión escaló cuando uno de los laboratorios más grandes del país envió una carta documento a Senasa por un lote de vacunas importado por una empresa competidora. Aunque Cortese calificó la acusación como “totalmente improcedente”, la polémica ya había tomado estado público.
El respaldo explícito de Javier Milei y del ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger a la apertura del mercado profundizó el aislamiento del funcionario.
Durante la Expo Rural, Milei afirmó: “Vamos a tener vacunas a mitad de precio”, mientras Sturzenegger sostuvo: “Nos están estafando”.
La Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios(Caprove) advirtió que la liberalización de las importaciones pone en riesgo a una industria que emplea a más de 8.000 personas y exporta por más de 100 millones de dólares anuales.
Cortese, de perfil técnico y bajo perfil público, optó por dejar su puesto en un organismo considerado estratégico en medio de una disputa política, sanitaria y comercial.
Carta documento e intimación
En el marco de esta disputa, Cortese (junto al secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca Sergio Iraeta) recibieron en estas semanas una carta documento y una intimación de parte de Biogénesis Bagó, laboratorio socio de la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove), en la cual se lo exhorta a dar información por la importación de vacunas contra la aftosa, que aparentemente se habría realizado por fuera de los marcos legales.
El documento en cuestión, fechado el pasado 7 de julio y firmado por Luis Mario Genovesi, el apoderado de Biogénesis Bagó, le solicitó al organismo sanitario que brinde detalles sobre el ingreso al país de un cargamento sospechoso, que de acuerdo con ese laboratorio se trató de un lote de vacunas que su competidor, Tecnovax, importó sin los controles correspondientes.
Además, desde Caprove señalaron que lo que se está desarrollando no es una flexibilización, sino una “facilitación a la importación”, en la que se favorece a empresarios puntuales en detrimento del resto de la industria, y que este cambio en las reglas del juego “tendrá consecuencias directas sobre un sector que emplea más de 8.000 personas de forma directa y genera exportaciones por más de 108 millones de dólares al año”.
Fuente: medios digitales.





