Un joven posadeño permanece internado en grave estado en el Hospital Ramón Madariaga con múltiples traumatismos pero, principalmente, con un pulmón perforado por los chuzazos que recibió el viernes por la tarde en el módulo A de la colonia penal de Loreto, perteneciente al Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
Alexis Matías Espínola (30) y otros tres internos más fueron trasladados de emergencia cerca de las 19 y luego de la batalla que protagonizaron dos bandos que llevan varias semanas de amenazas e incidentes en el mismo sector de la Unidad Penitenciaria I de Misiones.
Según las fuentes contactadas por PRIMERA EDICIÓN, el enfrentamiento se inició pasadas las 15 cuando se habilitó el patio interno para el recreo de los detenidos que habitualmente destinan a comunicarse con familiares y amistades porque se les permite utilizar teléfonos celulares y otros dispositivos.
Las mismas voces remarcaron que no se trató de un episodio aislado sino el pico de mayor gravedad porque no fueron pocos los que se pelearon dentro de los códigos tumberos y con armas blancas armadas por ellos mismos, las denominadas “facas y púas”.
La disputa por el poder en el pabellón se habría caldeado además por acusaciones cruzadas respecto a los “beneficios” que guardiacárceles les facilitarían a cambio de dinero y por los reclamos insistentes de maltrato a las visitas y las condiciones de alojamiento, la comida como uno de los principales puntos en conflicto por su mala calidad.
“En el A muchos de los más jóvenes están muy drogados y violentos todo el tiempo”, resumió una de las fuentes a este Diario. El módulo en conflicto es considerado el de mayor peligro interno de todas las dependencias del SPP.
Tras los primeros informes, desde la comisaría de Loreto se comunicó al juez de Instrucción de turno, Fernando Luis Verón, sobre lo sucedido y el traslado de los cuatro heridos graves al Madariaga.
El funcionario judicial ordenó que la Dirección Policía Científica y demás reparticiones de la fuerza provincial intervengan en las pericias en el escenario de la batalla y se recojan los elementos punzantes, entre otros, y toda la información posible respecto a quienes se enfrentaron. De manera paralela y preventiva a las celdas de aislamiento, conocidas como “La pelada”, fueron enviados al menos quince internos.
Mientras se realizaban las primeras pericias el viernes por la noche, en el hospital central a Espínola lo intervinieron quirúrgicamente por la perforación en el pulmón derecho que le provocó un neumotórax. Ayer por la tarde su pronóstico continuaba reservado y calificado como de extrema gravedad.
Los demás heridos fueron identificados como Facundo Espínola de 23 años, Alejandro Valdez de 28 y Cristian Benítez de 25, todos fuera de peligro pero en evolución de las lesiones de arma blanca y traumatismos.
Mientras tanto, las autoridades del SPP (hasta el ayer por la noche) no habían informado sobre lo sucedido y se mantenía estricto silencio ante cada consulta efectuada por el este Diario.
Tres muertos en un año
Entre agosto de 2023 y junio de 2024 en el mismo módulo de la unidad penal de Loreto se registraron tres episodios con desenlaces fatales.
El primero de ellos fue el 1 de agosto y se cobró la vida de Gustavo Rodrigo Lindstrom quien en la celda 1, sector B del módulo A murió por una intoxicación con estupefacientes y luego de una pelea.
La investigación correspondió al juez de Instrucción 7, Miguel Mattos y se indicó que el paro cardiorrespiratorio correspondió a restos excesivos de cocaína o pedra. Pero también se abrió la sospecha que no pudo resultar porque la droga que consumió estaba estirada o adulterada con químicos o productos tóxicos.
Compañeros de pabellón de Lindstrom declararon en el sumario que elevó el SPP a la Justicia y señalaron que lo vieron nervioso y que les aseguró que sentía frío y temblaba.
Pensaron que estaba con presión baja y le acercaron dulce de membrillo para ayudarlo. Luego lo subieron a su cama a dos metros de altura e instantes después solo escucharon el golpe en el piso y observaron el cuerpo inerte.
Entre el 14 y 18 de junio del año pasado, se sumaron dos muertes más. Luciano Gabriel Pettersen de 45 años, oriundo de San Vicente y detenido por delitos varios bajo la órbita de ejecución del Tribunal Penal de Oberá, no se levantó de su cama en uno de los sectores del módulo A.
Cuatro días antes Santiago Benítez (40) había perdido la vida y el caso se caratuló también como “muerte dudosa”, como el de Pettersen y bajo la investigación del Juzgado de Instrucción 7. El cuerpo de Benítez presentaba lesiones al igual que el de Pettersen.





