Luis Cabral, excombatiente de Malvinas oriundo de Misiones, alzó la voz en una conmovedora y dura denuncia pública contra el Hospital Militar de Campo de Mayo, donde su hijo Guillermo Cabral, mecánico de aviación del Ejército Argentino, falleció tras días de reiteradas consultas médicas sin respuestas concretas. Para Luis, lo que le hicieron a su hijo es claro: “Fue abandono de persona y mala praxis”.
El relato comienza el sábado 12 de abril. Guillermo presentó fiebre alta (39°) y dolor abdominal. “Le dolía mucho la parte derecha, abajo de la costilla. Le dije que se fuera al hospital”, relató su padre. A pesar de haber ingresado al hospital ese mismo día, le colocaron un calmante y lo enviaron a su domicilio. Lo mismo ocurrió el domingo, el lunes y el martes. “Estuvo yendo cuatro días sin ser atendido correctamente”, denunció Cabral.
Recién el miércoles 16 fue internado, y durante horas lo dejaron sentado en una silla de ruedas sin mayores intervenciones. “A las 6 de la tarde entra una médica del turno nuevo, le revisa y ordena estudios más extensivos. Ahí descubren que tenía el apéndice inflamado”, explicó Luis. Iniciaron el protocolo quirúrgico, pero durante la anestesia su hijo sufrió un paro cardíaco y fue intubado de urgencia. Horas más tarde, falleció.
“La última vez que hablé con mi hijo fue a las 6:30 de la tarde, me dijo que estaba bien. Después me llamaron varias veces pidiéndome mi número, pero no me daban información. A la 1 de la mañana salí de Posadas con mi familia. Y en pleno viaje, un compañero nos llamó para darnos la peor noticia: Guillermo había fallecido a las 00:27”, lamentó.
Luis Cabral asegura que nadie del hospital ni del Ejército se comunicó con él oficialmente. “Fui al Hospital Militar, pedí hablar con el director, no me atendió. Pedí ver al vicedirector, me dijeron que no podía. Me ignoraron totalmente”, denunció. Agregó que nunca recibió un informe médico claro sobre lo sucedido: “El que debía atenderlo desde la mañana ese día estaba en un estado mental alterado, bajo tratamiento psiquiátrico. Hoy está internado en la misma institución”.
En medio del dolor, el excombatiente toma fuerzas para exigir justicia y visibilizar el caso. “Estamos destruidos. Mi hijo tenía 38 años, dejó un hijo de 11 meses. Era querido por todos, incluso fue reconocido como el mejor suboficial del año pasado. No merecía esto”.
Cabral decidió iniciar una campaña pública y mediática. Asegura que hay más casos similares en el hospital: “Se están acercando otros familiares con historias parecidas. Hay soldados que no denuncian por miedo a represalias. Esto no puede seguir así”.

A la espera de que un abogado en Buenos Aires tome el caso, Luis Cabral afirma que no se detendrá: “Lo hago por Guillermo, pero también por todos los que no pudieron hablar. Si esto no es corrupción, no sé qué es”.
Tras se consultado, recordó su propia historia: hizo el servicio militar en 1981 en Monte Caseros, Corrientes, y luchó en el monte Dos Hermanas durante la Guerra de Malvinas. “Me presenté voluntario cuando se recuperaron las islas. Volví con vida, pero ahora me toca luchar otra batalla. Esta vez, por mi hijo”.
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