Lo que alguna vez fue un homenaje vibrante a una de las maravillas naturales más impactantes del mundo, hoy es un espacio descuidado y casi olvidado. El monumento a las Cataratas del Iguazú, ubicado en la plazoleta de la provincia de Misiones, entre las avenidas 9 de Julio y de Mayo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, atraviesa un profundo estado de abandono.
El corresponsal de FM de las Misiones, Gerardo Strejevich, recordó la historia del monumento impulsado durante el gobierno de Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires . La obra incluía una pasarela, piedras traídas especialmente desde Misiones, bombas que recreaban las caídas de agua y hasta un sistema de rocío para simular la sensación de estar frente a la Garganta del Diablo. En su momento, fue presentada como “un oasis en medio del intenso tránsito” que pretendía acercar una parte de Misiones al corazón porteño.

Sin embargo, más de una década después, el panorama es desolador. No hay agua en las cascadas, las bombas están inactivas y la estructura muestra señales visibles de deterioro. Las pasarelas se encuentran sucias y oxidadas, el sistema de iluminación dejó de funcionar y varias placas conmemorativas —algunas hechas de bronce— fueron robadas. Las letras del cartel principal también desaparecieron.
El lugar recibe ahora más indiferencia que visitas. A pesar de estar a solo cinco cuadras del Obelisco y en pleno corazón de la ciudad, el monumento carece de mantenimiento. El deterioro es tal que en plena temporada de vacaciones de invierno, cuando miles de turistas recorren el microcentro, la postal que se llevan es la de un proyecto cultural y turístico colapsado.
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Según trascendidos, existe un área dedicada a la restauración de monumentos y se estarían evaluando convenios con la provincia de Misiones para recuperar el espacio. Sin embargo, hasta el momento no hay anuncios oficiales, ni fechas confirmadas ni presupuesto asignado.






