Con la llegada de agosto, el comercio posadeño se prepara para una de las fechas clave del calendario: el Día de la Niñez. En medio de una profunda recesión económica y la creciente fuga de consumo hacia Paraguay, los comerciantes locales intentan sostener su actividad con creatividad, esfuerzo y diferenciación.
Georgina Guiffrida, propietaria de una tradicional juguetería sobre calle Junín, reconoció que el panorama no es fácil, pero aún así mantiene altas expectativas para este mes: “Ya estamos en la previa del Día del Niño. Nosotros venimos todo el año acopiando para esta fecha, que es muy especial”, aseguró en diálogo con FM 89.3 Santa María de las Misiones.
Uno de los productos más buscados este año son los muñecos Labubu. “Todos los años hay uno o dos juguetes que son furor. Este año son los Labubu, figuras inspiradas en una historia coreana que se hicieron virales porque muchas celebridades empezaron a usarlos como accesorios en carteras o bolsos”, explicó.
Como no existe representación oficial de la marca en el país, los comercios que los ofrecen deben recurrir a importadores. “Nosotros trabajamos con réplicas. La empresa fabricante está en Japón, también tiene presencia en Corea y Estados Unidos, pero no en Argentina. Los muñecos arrancan desde los 10 mil pesos”, detalló.
Frente a la consulta sobre la reacción de las familias, Guiffrida indicó que la demanda ya comenzó, impulsada en parte por las promociones vigentes. “Muchos padres ya se están adelantando. Algunos vienen a consultar precios y otros directamente ya se llevan algo”, contó.

La competencia con el puente
En una zona donde el cruce hacia Encarnación es una opción cada vez más frecuente por la diferencia de precios, la comerciante aseguró que su estrategia pasa por ofrecer algo distinto.
“Cuando abrí el local, decidí que la frontera no iba a ser mi límite. Es de zonzo ponerse a competir con Paraguay”, afirmó con contundencia.
A su juicio, el diferencial está en la variedad y la anticipación. “Trato de tener productos que no se consiguen allá. La gente cruza porque le conviene al bolsillo, y eso se entiende, pero nosotros trabajamos para ofrecer lo que en Paraguay no hay o todavía no llegó”, explicó.
Según relató, mientras un producto comienza a ser tendencia en Misiones, en Encarnación puede demorar hasta tres meses en aparecer. “Nosotros intentamos tener lo último ni bien sale. Cuando allá lo consiguen, para nosotros ya pasó de moda. Y ya tenemos otra novedad en vidriera”, afirmó.
A pesar de las dificultades, Guiffrida no pierde el eje. “No podés pelear contra molinos de viento. Hay que trabajar más y tratar de diferenciarse todo el tiempo. Eso es lo que nos queda en este contexto”,sentenció.





