“No como azúcar hace mucho tiempo; me cuido mucho con la actividad física, pero cada vez me siento peor. Más dolorida”, me dice Marianela de 48 años, quien consulta por dolores artríticos que no ceden con tratamientos habituales. Actualmente le diagnosticaron diabetes y como tratamiento ya le propusieron antisupresivos y corticoides, sumados a medicación diabetológica. Ya pasó en otras crisis esta situación y no desea volver a repetirlo, entonces busca alternativas.
Respecto a sus cuidados vemos varias sugerencias para hacerle: tiene un trabajo sedentario, comía e iba al gimnasio a hacer complementos, luego ya nuevamente al trabajo. A la tarde buscaba a uno de sus hijos, ir a casa, comer alguna fruta, mientras resolvía las cuestiones familiares y preparaban la cena. Ella hacía en ese tiempo 30 minutos de bicicleta fija y a dormir.
Se despertaba mínimo dos veces a la noche, le sugirieron algo para descansar. En el desayuno consumía leche descremada con café y 4 galletitas con queso untable o mermelada dietética, a media mañana unos frutos secos con un yogurt. Al medio día viandas o comida comprada. La cena sustanciosa compartida en familia con algunas verduras. Iba de cuerpo cada dos o tres días. Entonces su cerebro registraba que se cuidaba con todo y no tenía resultados.
La realidad es que el cuerpo no solo es hacer todo bien, sin ver la individualidad, una de mis palabras favoritas, como también conocernos mejor para escuchar el cuerpo.
Sus análisis nos mostraban varios signos de inflamación, hay que desinflamar y empezar desintoxicando.
Un cuerpo inflamado es un cuerpo con dolor. Debo saber que me conviene y organizar mi día para que el cortisol y la adrenalina estén más equilibrados.
¿Qué ingerir? Compotas con psyllium, con semillas de sésamo, de lino, ayudan a comenzar el día. Consumir hierbas en infusiones, preferentemente amargas como carqueja, cardo mariano, diente de león, que estimulan al hígado con amorosidad. Alimentación balanceada acorde a edad, peso y cada una de nuestras características.
Primero debemos buscar parar y descansar la mente, elongar. Lo principal es cortar el día con algún corto descanso mental.
Si tengo un día agitado, caminatas o bicicleta con alta frecuencia y velocidad también aceleran mi ritmo cardiaco y el problema del sueño se agrava. Sugiero preparar el cuerpo para el descanso.
Los niveles de glucosa mejoran si equilibramos los niveles de cortisol y adrenalina. Cuidemos nuestra mente, nuestro descanso, para que así no solo nos sintamos mejor sino que disfrutemos del bienestar físico y mental. Feliz y bendecido día.
Dra. Marcela Campias-Whatapp: 3764413607
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