Desde la fila del paso internacional que une Foz con Puerto Iguazú, el millonario brasileño Luciano Hang, un influencer muy activo en redes sociales, exigió al presidente Milei que termine con la “burocracia innecesaria” en Migraciones. La queja encendió una nueva alarma en una ciudad turística que viene acumulando pérdidas millonarias y promesas incumplidas.
La postal es cada vez más frecuente: vehículos repletos de turistas brasileños varados por horas en el acceso al puente Tancredo Neves, intentando ingresar a Puerto Iguazú.
Pero esta vez, entre ellos, estaba Luciano Hang, uno de los empresarios más ricos e influyentes de Brasil. Cofundador y dueño casi total de Havan, la cadena de grandes tiendas símbolo del bolsonarismo, Hang se grabó desde la interminable fila migratoria y publicó un reclamo público en sus redes: “Basta de burocracia. ¡Queremos entrar a Puerto Iguazú, pasear, gastar, consumir, pero tardamos tres horas por culpa de trámites absurdos!”
El video rápidamente se viralizó entre sus millones de seguidores y puso en evidencia un problema que lleva meses sin solución: la lentitud y desorganización del sistema de control migratorio argentino. La denuncia del magnate brasileño se suma a la de comerciantes, empresarios turísticos y transportistas que vienen advirtiendo que Puerto Iguazú está perdiendo ingresos millonarios por esta situación.
“Pedimos al presidente Milei que le pase la motosierra a esta burocracia que frena el turismo. Queremos cruzar, disfrutar de Iguazú, una ciudad hermosa. Pero así no se puede”, expresó Hang en tono directo.
La referencia a la “motosierra” del presidente argentino no fue casual: el empresario es un ferviente defensor del ultraliberalismo, amigo de Jair Bolsonaro y promotor de ideas desregulatorias.
El “Elon Musk” de Brasil
Hang no es un turista cualquiera. Es uno de los empresarios más polémicos de América del Sur, defensor acérrimo del expresidente Jair Bolsonaro, negacionista del cambio climático y de la pandemia, y uno de los principales aportantes a las campañas del Partido Liberal brasileño.
Su imagen —con trajes verdes y una risa estridente— es parte del branding de sus tiendas Havan, que combinan consumo masivo con discurso patriótico y ultraconservador.
En los últimos años, ha sido investigado por financiar desinformación en redes sociales y por presiones a empleados para votar por Bolsonaro.
Sin embargo, sigue siendo un ídolo para millones de brasileños de clase media que lo ven como un “hombre hecho a sí mismo” y que confían en sus recomendaciones.
Su presencia en la frontera misionera no pasó desapercibida. Que un referente de su peso denuncie públicamente la burocracia argentina impacta directamente en la imagen del país como destino turístico.
“No tiene sentido tanto trámite. En Brasil uno entra y sale sin problemas. Esto es daño económico puro para Iguazú, que es la única que pierde”, remarcó.

Embudo migratorio
El reclamo de Hang no hace más que reforzar lo que distintos sectores económicos vienen diciendo desde hace meses: el sistema migratorio argentino colapsa cada fin de semana, y eso espanta a los turistas. Con demoras que superan las tres horas y una atención limitada, el embudo del puente internacional se convirtió en una barrera económica.
Comerciantes de la avenida Brasil, del centro y del mercado local sostienen que la caída del consumo brasileño es directamente proporcional al aumento de las demoras. “Muchos se cansan, dan la vuelta en Foz y se van. No llegan ni a cruzar”, explicó un referente del sector comercial.
Durante la campaña electoral en Misiones, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich había anunciado que el Gobierno evaluaba mover el control migratorio fuera del puente, una propuesta que generó grandes expectativas en el sector turístico. Sin embargo, esa idea no se concretó, y la situación sigue.
Cada fin de semana largo, los reclamos se repiten. El enojo de taxistas, remiseros, operadores turísticos y comerciantes también crece. Iguazú necesita que el cruce sea rápido, eficiente y amigable. Pero lo que recibe es un sistema rígido, desbordado y sin respuesta concreta del Gobierno nacional.Con la queja pública de Hang, el problema ahora tiene visibilidad internacional.





