Con un conteo que supera las 10.000 raciones por día, tres cocinas centralizadas trabajan diariamente para garantizar asistencia alimentaria en distintos barrios de Posadas. Las tareas comienzan a primera hora, con una dinámica que combina el trabajo de 60 personas en la preparación y distribución de los alimentos.
La asistencia alimentaria incluye la entrega de raciones listas para el consumo y el reparto de insumos para que comedores gestionados por ONGs y organizaciones barriales puedan seguir en funcionamiento.
Esta estrategia mixta permite llegar a una mayor cantidad de familias en situación de vulnerabilidad y conocer la demanda concreta de cada zona.
Asistencia diaria
El ministro de Desarrollo Social, Fernando Meza, precisó a PRIMERA EDICIÓN que se encuentran en funcionamiento tres cocinas centralizadas en Posadas, ubicadas en el Mercado Concentrador y en los barrios Santa Rita e Itaembé Miní.
Estos espacios trabajan a diario en la elaboración de más de 10.000 platos de comida, unas 200.000 porciones mensuales, además de realizar el reparto de insumos alimenticios a otros comedores de la ciudad. Asisten a casi 90 comedores comunitarios de manera centralizada y a una cantidad similar con la distribución de víveres.
Las tareas inician temprano, a las 5, y una vez que finaliza la etapa de preparación de la comida, los equipos realizan la limpieza y distribución del alimento a los comedores.
Trabajan de lunes a viernes, pero el coordinador de las tres cocinas centralizadas, Gustavo Antúnez, comentó a este medio que los comedores ajustan sus días de servicio de acuerdo a la demanda de cada barrio: en ocasiones trabajan en días alternados o también los sábados y domingos.
Funcionamiento y distribución
Las cocinas trabajan a partir de dos modalidades de distribución: centralizada y descentralizada. En el primer caso, se distribuyen las raciones de comida listas para el consumo, preparadas por un equipo de aproximadamente 60 personas.
“Cocinamos 30 ollas diarias, preparamos la comida y la llevamos a los comedores. Cada olla lleva un promedio de 180 raciones, 180 platos de comida que serían unas 10.800 porciones diarias”, precisó Antúnez.
Los comedores descentralizados reciben los insumos para preparar en sus instalaciones la comida. Los víveres incluyen productos como carne, pollo, verduras y legumbres, en línea con los menúes estipulados por Desarrollo Social para la modalidad centralizada.
Esta dinámica mixta permite extender el alcance de la asistencia a más barrios de la capital, ya que los comedores descentralizados son administrados por fundaciones, ONGs y otros organismos de la sociedad civil que “conocen el terreno” y aportan recurso humano al entretejido de asistencia.
Cada año se trabaja en el reempadronamiento de estos espacios a través del Centro Integral de Monitoreo Social (CIMS),que “permite asegurar la trazabilidad de la entrega alimenticia, generar una cobertura y tener una base de datos a fin de saber cuáles son los potenciales beneficiarios”, dijo Meza.
Trabajo articulado
Además de las organizaciones civiles, intervienen en esta red de asistencia otros actores. “A veces los comedores detectan algún problema y se trabaja en conjunto. Desde la Subsecretaría de Niñez hicieron asistencia, relevamientos, también desde Acción Social cuando algunos comedores necesitan un techo donde cocinar”, contó Antúnez.
Y mencionó que el menú de preparaciones se define junto con un equipo de nutricionistas de Desarrollo Social, atendiendo a criterios nutricionales, a los insumos disponibles y a la época del año. Las legumbres tienen presencia al menos tres veces a la semana por su alto contenido nutricional.
Crece la demanda
El impacto de la crisis económica no pasó desapercibido para estos espacios. El aumento de comensales en los comedores se hizo evidente: cada vez más familias y trabajadores de sectores afectados, como la construcción, se acercan para recibir un plato de comida.
Antúnez mencionó que el punto crítico de asistencia es el sur de la capital y estimó el incremento en un 30%. “Nadie está exento del mal momento del país, se nota por la necesidad. Llegan con notas pidiéndome que incremente la cantidad de porciones de comida. Nosotros estamos abasteciendo con lo que tenemos. Desde la Nación cortaron todo tipo de asistencia y Misiones no fue la excepción”, agregó.
Meza coincidió en los factores que motivan la mayor demanda: la recesión económica, el retiro progresivo de la asistencia de la Nación y la crisis en sectores de trabajo local contribuyeron a la presencia de más familias que requieren esta asistencia para subsistir.





