Cada 21 de julio se celebra el Día Mundial del Gazpacho, una sopa fría originaria de España y que se ha convertido en un clásico de la cocina mediterránea, consumido sobre todo en los meses de verano por su carácter refrescante, pero apto para cualquier época del año y, además, muy saludable.
Aunque no está claro ni cuándo ni dónde surgió esta celebración, ni tampoco quien la impulsó, lo cierto es que su protagonista tiene raíces milenarias: se remontan a la época de los romanos, cuando estos conquistadores introdujeron el pan y el aceite de oliva en la península ibérica.
La evolución de esta receta a lo largo de los siglos ha dado lugar a múltiples variantes, pero el gazpacho más famoso y conocido proviene de Andalucía, en el sur de España.
Originalmente, el gazpacho era una mezcla simple de pan, aceite de oliva, ajo, vinagre y agua. Con el tiempo, se agregaron tomates, pepinos y morrones, convirtiéndolo en la sopa fría colorida y sabrosa que conocemos hoy en día.
Beneficios de comer gazpacho para la salud
Además de ser una opción deliciosa para combatir el calor, el gazpacho también ofrece varios beneficios para la salud:
Hidratación
Al estar hecho principalmente de verduras y agua, el gazpacho es una excelente manera de mantenerse hidratado en los días calurosos.
Rico en nutrientes
El gazpacho contiene una gran cantidad de vitaminas y antioxidantes gracias a los tomates, pepinos y morrones utilizados en su preparación.
Bajo en calorías
Es una opción baja en calorías y grasas, lo que lo convierte en un plato ideal para aquellos que buscan cuidar su figura.
Mejora la digestión
Gracias a la presencia del ajo y el aceite de oliva, el gazpacho puede ayudar a mejorar la digestión y la salud gastrointestinal.
Receta del gazpacho

Aquí tenés una receta clásica del gazpacho, aunque hay muchas variantes dependiendo de la región y de los gustos de los comensales:
Ingredientes:
- 1 kilo de tomates maduros y jugosos
- 1 pepino grande, pelado y sin semillas
- 1 morrón verde
- 1 diente de ajo
- 50 mililitros de aceite de oliva virgen extra
- 25 mililitros de vinagre de vino
- 100 mililitros de agua fría
- Sal al gusto
- Opcional: pan duro (aproximadamente 100 gramos) para dar consistencia
Paso a paso
- Lavar los tomates, el pepino y el morrón verde.
- Cortar todos los ingredientes en trozos grandes y colocarlos en una licuadora o procesador de alimentos.
- Agregar el ajo pelado, el aceite de oliva, el vinagre y el agua.
- Para una consistencia más espesa, agregar un poco de pan duro.
- Triturar todo hasta obtener una mezcla suave y homogénea.
- Ajustar la sal según preferencia.
- Refrigerar durante al menos una hora antes de servir, para que los sabores se mezclen y se consuma bien frío.
- Para decoración, o para hacerlo más “contundente”, se aconseja cortar pequeñas porciones de las verduras utilizadas en la preparación (fundamentalmente pepino y morrón) para incorporarlas en forma de “lluvia” al gazpacho ya servido. También se suele agregar “tropezones” de cebolla, pan frito e incluso daditos de jamón crudo.
Otras variantes del gazpacho
Parte de la belleza del gazpacho radica en su versatilidad. Podés darle tu toque personal y explorar diferentes combinaciones de ingredientes. Por ejemplo, algunas variantes populares incluyen:
- Gazpacho de Sandía: Introduce trozos de sandía para darle un toque de dulzura y frescura extra.
- Gazpacho de Remolacha: Agrega remolacha cocida para obtener un hermoso color rosado y un sabor terroso.
- Gazpacho de Palta: Incorpora un trozo de palta para una textura cremosa y un sabor suave.
- Gazpacho de Frutilla: Añade frutillas para un toque frutal y un color sorprendente.
Fuente: Día Internacional de









