En una entrevista publicada por Jagoba Estébanez en el sitio especializado efeeme.com, Natalia Lafourcade compartió los detalles más íntimos y reflexivos sobre su nuevo álbum Cancionera, un trabajo que marca una nueva etapa en su carrera artística. Se trata de un disco grabado en cinta analógica, sin ediciones, con hasta 18 músicos tocando en simultáneo, y con un enfoque profundamente humano y poético.
“La primera semilla de este álbum nació cuando estaba por cumplir 40. Pensaba hacer una gira acústica, sencilla, con mi guitarra. Pero apareció este personaje, La Cancionera, y me llevó mucho más lejos”, cuenta Lafourcade. El resultado fue un viaje de exploración artística y personal que culminó en un disco que ella define como “una celebración del camino recorrido” y “una forma de mantener viva la autenticidad”.
Grabado junto a Adán Jodorowsky -su coproductor en De todas las flores– y con colaboraciones de artistas como Hermanos Gutiérrez, Israel Fernández, El David Aguilar y Soundwalk Collective, Cancionera es un universo sonoro que conjuga tradición mexicana con paisajes oníricos y momentos de introspección casi rituales.
Para Lafourcade, el folclore no es una pose estética ni un recurso nostálgico: “Es verdad, tierra, sudor, quiebre… algo profundamente humano”. En temas como El palomo y la negra o Como quisiera quererte, esa raíz se vuelve palpable.
El personaje de La Cancionera opera como espejo y espejo roto: le permite a Natalia desdibujar su propia imagen para redescubrirse sin las máscaras del ego. “Ella vino a decirme: ‘ponte a jugar, niña’. Y yo me puse a jugar. A cuestionar si soy solo Natalia Lafourcade o si puedo ser muchas más”, dice. La canción Mascaritas de cristal resume esta búsqueda: “Fue como estar con veinte Natalias alrededor, todas diferentes, todas posibles”.
Pese a lo elaborado del proyecto, la gira será solitaria: voz y guitarra, en un escenario despojado. “Sé que no puedo replicar el disco en vivo. Pero no se trata de eso. Es un ritual íntimo, una ofrenda. Es volver a la habitación donde nació todo y reencontrarme con la esencia”.
El espíritu de Cancionera no busca respuestas definitivas. Más bien, habilita preguntas: ¿somos lo que otros ven o lo que nos atrevemos a ser? ¿Dónde empieza y termina la identidad de un artista? Para Lafourcade, las respuestas están en el riesgo, la conexión humana y la libertad de moverse “hacia donde una quiera, siempre que sea desde la autenticidad”.
Fuente: efeeme.com





