Mientras el comercio misionero lidia con cierres de locales, caída de ventas y pérdida de empleo formal, la ciudad paraguaya de Encarnación vive un fenómeno inverso: un crecimiento sostenido que ya supera los niveles prepandemia y que tiene como principal motor al consumo argentino. La brecha cambiaria, la menor carga tributaria, los precios competitivos y la cercanía geográfica con Posadas convirtieron al circuito comercial encarnaceno en un polo de atracción para miles de consumidores que cruzan a diario el puente San Roque González en busca de mejores precios y variedad de productos.
En ese contexto, Daniel Ferreira, vicepresidente de la Asociación de Comerciantes del Circuito Comercial de Encarnación, trazó en diálogo con PRIMERA EDICIÓN un panorama del presente económico de la ciudad vecina, el perfil del consumidor argentino, los productos más demandados y los desafíos que también enfrenta el sector para sostener el buen momento.
Según estimaciones compartidas con base en datos migratorios, se calcula que entre 9.000 y 12.000 personas cruzan a diario a Encarnación por el puente San Roque González de Santa Cruz.
“Los fines de semana largos la cifra es mucho más alta”, señaló.
A diferencia de otros tiempos, Ferreira destacó que actualmente no solo llegan consumidores desde Posadas o zonas cercanas. “Está viniendo gente de toda la Argentina otra vez”, dijo. Mencionó compradores provenientes de Córdoba, Tucumán, Santiago del Estero, Mendoza y Corrientes, entre otras provincias.
“Antes venía mucha gente que tenía planes sociales. Hoy viene gente que trabaja, que trae su dinero”, afirmó.
El dirigente remarcó que muchos de los productos más demandados son de consumo básico. “Están llevando aceite, fideos, arroz, productos de limpieza y artículos de supermercado. Incluso productos argentinos”, relató.
También explicó que por cuestiones de importación o escala de comercialización, algunos productos fabricados en Argentina se venden en Encarnación a precios más bajos que en su país de origen. “Eso llama mucho la atención. Es una cuestión de costos. Acá conseguís fideos o aceites más baratos que del otro lado”, señaló.
Además de alimentos, los argentinos también compran indumentaria, calzado, electrodomésticos, neumáticos y artículos electrónicos. “Hoy se vende todo. Desde el pañuelito que ponés en la calle hasta tecnología. Solo falta que podamos vender aviones y autos”, ironizó. Uno de los aspectos que Ferreira subrayó como característico del cliente argentino es su patrón de consumo.
“Se nota cuando entra un argentino al supermercado. Llenan el carrito. Compran para la semana o la quincena. Nosotros, los paraguayos, compramos lo justo. No tenemos los mismos ingresos”, reflexionó.
En cuanto a los precios, reconoció que no en todos los rubros hay ventajas. En el caso de la carne, por ejemplo, estimó que el kilo de asado en supermercados ronda entre los 8.000 y 10.000 pesos argentinos al cambio informal. “Estamos ahí nomás con los precios de ustedes”, explicó.
Ferreira no ocultó que uno de los motores centrales del repunte es la crisis económica en Argentina. “El argentino que tiene dinero no viene a Paraguay. Se va a Brasil, a Miami o a Europa. Pero el que no llega allá, viene acá”, sostuvo.
En ese sentido, comentó que “falta más liberación de dinero en Argentina. Falta más circulante en la calle. Si tuvieran más plata, comprarían mucho más”.
A pesar del crecimiento, el dirigente fue cauto y realista. “No hay que quejarse. Estamos trabajando. Pero esto es cíclico. Sabemos que mañana puede convenir ir a comprar allá. Hoy nos toca a nosotros”, reflexionó. También reconoció que existen problemas estructurales que deben resolverse. “Como cualquier parte del mundo, hay cosas que mejorar. Pero estamos en el camino. Y estamos hablando para solucionarlo”, aseguró.
Consultado por la seguridad del circuito, se mostró comprometido. “No vamos a permitir más estafas o abusos. Si algún comerciante comete una fechoría, nosotros mismos le hacemos frente. Presentamos la denuncia y cuidamos al cliente. No hablo como asociación, hablo como comerciante”, enfatizó.
Sobre la política de atención, Ferreira remarcó que los comerciantes paraguayos buscan ser buenos anfitriones. “No vamos a permitir filas ni precios diferenciados. Antes nosotros padecimos eso cuando íbamos a Argentina. No queremos repetirlo”, advirtió.
El impacto económico del turismo de frontera ya se refleja en la facturación. Aunque evitó dar cifras exactas, Ferreira estimó que en muchos rubros las ventas crecieron hasta un 70% en el último año. “Si antes vendíamos por mil, ahora vendemos por seis mil o siete mil. Y eso pasa en todos los rubros”, aseguró. Enfatizó que incluso los vendedores ambulantes están trabajando con regularidad.
Por último, se refirió a los cambios políticos y su efecto en la actividad. “Después del gobierno de Macri vino una época difícil. La pandemia y el cierre de fronteras afectaron mucho. Desde 2018 hasta el 2023 fue muy duro. Ahora estamos trabajando todos los días un poquito. Gracias a Dios”, concluyó.





