Toda la sangre que se utiliza en los hospitales de Misiones es procesada en un solo lugar: el Banco Central de Sangre, Tejidos y Biológicos (BSTB). Solo para dimensionar, en promedio, se realizan unas 1.600 transfusiones mensuales en los Hospitales Madariaga, Favaloro, Materno Neonatal, Pediatría y Fátima.
Pero los promedios no se ven en el día a día. Según contó a PRIMERA EDICIÓN el director del Banco de Sangre, Joaquín Suárez Romanazzi, “cada vez que me preguntan cómo estamos con el stock respondo lo mismo, que hoy puedo decir que estamos formidables y mañana podemos estar en el horno, y lo digo por experiencia, en más de una ocasión pasamos de tener la heladera llena a que ocurra una serie de hechos como un debut leucémico (que puede requerir el equivalente a más de 20 donantes en un fin de semana), desprendimientos de placentas que requieren muchas plaquetas y siniestros viales”.
Y no habla en forma figurativa, recordó un reciente fin de semana en el que ocurrieron tres debut leucémicos, dos desprendimientos de placenta y varios siniestros viales... “llegamos al lunes con la heladera casi vacía, a tal punto que consideramos la posibilidad de suspender la cirugías programadas”.
Los tipos más requeridos
Los tipos de sangre que más se requieren son el O y A positivo por la sencilla razón que son los que más personas tienen. Entre el 40 y 45% de la población tiene O positivo y entre el 30 y 33% tiene A positivo.
“Entonces, un porcentaje similar de los que entran a quirófano, sufren siniestros viales o demanda de sangre por patologías diversas requieren estos dos tipos de sangre: O y A positivo”, indicó.
Recordó que el B negativo (tipo de sangre que tiene menos del 1% de la población) es más rara pero “es también la que menos se usa, por lo que puede ser que se nos venza antes de usarla”.
En contraposición, el stock de A y O positivo tiene una altísima demanda “porque a un paciente O positivo le puedo poner A positivo o un paciente B positivo le puedo poner O positivo”.
“El que dona sangre también dona su tiempo y su miedo”
Suárez Romanazzi reflexionó sobre el compromiso ante la solidaridad. Señaló que muchas veces vemos la necesidad del otro, pero seguimos de largo convencidos que el que viene detrás lo ayudará. “Con la donación de sangre ocurre algo similar, siempre pensamos que algún otro irá a donar y a veces no va nadie”, señaló.
El especialista destacó que “el que dona sangre también dona su tiempo y su miedo… y nosotros tenemos que saber que eso que está haciendo esa persona, venciendo el miedo para dar sangre, debe ser valorado”.
Según indicó, en la actualidad el Banco de Sangre tiene un promedio de 1.000 a 1.200 donantes mensuales. “Con las colectas externas funcionamos muy bien porque nos vamos a las localidades… claro que dependemos del clima porque mucha gente viene desde las chacras, se levantan muy temprano para ir a donar y obviamente cuando llueve no pueden ir porque los caminos se hacen más difíciles de transitar. También nos juegan en contra el frío y el calor extremos. En las colectas externas tenemos unos 400 donantes mensuales”, detalló.
Destacó que los que van a las colectas externas son todos voluntarios, “nosotros queremos erradicar el donante de reposición pero lamentablemente todavía no podemos del todo. No queremos que el paciente y su familia se ocupen de buscar los donantes de sangre, pero a veces tenemos que pedir que nos ayuden. Imagínense si la familia del paciente con leucemia tiene que salir a buscar donantes… puede necesitar un promedio de 60 donantes por mes”.
Componentes
Cuando alguien dona sangre, esta es procesada y separada en hemocomponentes: plasmas, plaquetas y glóbulos rojos. “Lo que más se ocupa son los glóbulos rojos, seguidos de las plaquetas. Los glóbulos rojos se pueden almacenar hasta 42 días… nosotros nunca llegamos a ese tiempo, salvo los grupos de sangre más raros. En promedio, antes de los 20 días ya lo estamos transfundiendo”, contó.





