Catarsis es el concepto que explica el origen de una de las mejores letras en la historia del rock. Esa liberación de sentimientos llevó a Robert Allen Zimmerman (Bob Dylan) a dar un gran salto artístico.
Aunque aún tenía mucho tiempo para construir su camino a la cima, con “Like a rolling stone” supo poner el peldaño en el lugar más alto.
Para 1965, fecha en la que vio la luz esa canción (más precisamente el 18 de julio), Dylan ya tenía cinco discos editados y canciones emblema como “Blowin’ in the wind” o “The times they are a- changin’”.
Después de regresar de una gira por Inglaterra, Dylan se notó muy contrariado acerca de la recepción del público a sus obras. No era para menos, ya que si bien desde sus letras él se había convertido en un referente en la lucha por los derechos civiles en norteamérica, el cambio musical que había adoptado alejó a muchos de sus seguidores.
Bob había saltado a la fama desde el estilo folk, y en el tercer disco había girado su perspectiva musical hacia el pop, principalmente por la gran influencia que estaban ejerciendo los Beatles.
Además, desde su cuarto trabajo “Bringin’ it all back home”, “cruzó los límites”, ya que empuñó guitarras eléctricas y formó una banda de rock para acompañarlo. Puso los pelos de punta a sus decepcionados fans, a los que sólo les dejó un lado del disco con las canciones acústicas que antes lo habían caracterizado.
En sus horas de hotel en Inglaterra, había tomado su máquina de escribir y aporreado las teclas para descargar su estado emocional que merodeaba la depresión. El resultado fue un extenso poema de casi 10 páginas a medio terminar, pero también a medio empezar.

Como él lo comentó tiempo después, no sabía bien que lo había motivado, tal vez a alguien que se regodeaba en su estatus social, pero finalmente decidió enmarcarlo en el concepto de “venganza”.
Cuando entró al estudio sabía bien que ese estado existencial que inspiró la letra faltaba acompañarlo con la música, pero no tenía ningún plan, ninguna idea, era solo ponerse a zapar a ver que salía.
Al Kooper, un joven músico que estuvo como invitado a la grabación, fue el que le dio el toque que caracteriza a “Like a rolling stone”. Él era un guitarrista de sesión que llegó como acompañante de una de las cuerdas principales del grupo.
Sentado en la consola de grabación se le ocurrió un riff de órgano que podía incluirse en el tema. Cuando lo comentó, menospreciaron su aporte, pero tiempo después, cuando se sentó frente al teclado, accedieron a que fuera incluido en las pistas.
Cuando Dylan escuchó el crudo, dijo que el órgano debía estar más alto y ser preponderante en la mezcla.
Cuando la canción estuvo lista, quedó relegada. A los ejecutivos de la discográfica Columbia no los convencía la extensa duración (seis minutos) y el sonido “estridente” que poseía.
Salió como sencillo del disco “Highway 61 revisited” y llegó al segundo puesto de las listas estadounidenses, donde estuvo durante doce semanas, sólo superado por “Help” de los Beatles.
Bob Dylan dijo de ella: “Es la canción más importante que haya escrito”, “fue como si un fantasma la hubiera hecho y me la haya dado a mi para que la componga para luego desaparecer”.
“Like a rolling stone” sentó precedente en la industria: intuyendo que el standard de duración de las canciones podía extenderse a los seis minutos, las firmas discográficas pusieron desde ese momento como condición para grabar un sencillo que no duraran más de tres.
Cientos de artistas grabaron su propia versión de esa gran obra. Tal vez la más conocida sea la de los mismísimos Rolling Stones . Nombre que -a propósito- nada tiene que ver con la obra de Dylan, pero se volvió reiterativo y, no se sabe con absoluta certeza si fue por el músico Muddy Waters, por los mismos “Rollings” o por esta canción, la revista Rolling Stone adoptó también esa denominación como marca.
Por su preponderancia, influencia y legado, esa publicación ubicó a “Como una piedra que rueda” en el número uno de las 500 grandes canciones de la historia.
Por Hernán Centurión (publicado originalmente por PRIMERA EDICIÓN el 23 de junio de 2013)








