Datos del Ministerio de Salud dan cuenta del aumento de casos de mordeduras de perros en el país, incidencia que se dan por varias cuestiones, entre las que aparecen la “humanización” de las mascotas, una práctica que no se toma con seriedad y puede desencadenar en trastornos de conducta y comportamientos agresivos de los perros, en caso de no ser atenidos.
La relación cada vez más cercana entre las personas y sus perros genera beneficios emocionales, pero también puede traer consecuencias negativas, si no se establece una crianza adecuada. Por eso, veterinarios insisten en la importancia de la socialización y la educación temprana del can para evitar situaciones de riesgo, especialmente con razas grandes.
La conexión emocional entre humanos y mascotas ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Los perros ya no solo viven en patios o jardines: duermen en las camas, acompañan en salidas y reciben afecto constante. Sin embargo, esta “humanización” del vínculo puede ser un arma de doble filo si no se combina con una correcta educación y límites claros.
La importancia de poner límites desde cachorros
“La etología -especialidad que estudia el comportamiento animal- ha avanzado mucho y nos permite hoy entender mejor por qué ciertos perros desarrollan problemas de conducta. Muchos de esos casos tienen que ver con cómo fue criado el animal desde cachorro”, explicó Pablo Castillo, presidente del Colegio de Veterinario de Misiones en diálogo con la FM 89.3.
Uno de los errores más comunes es permitir conductas agresivas desde una edad temprana, como gruñidos al recibir comida o al intentar retirarles un juguete. “Muchas veces la gente se ríe de eso, lo ve como una travesura. Pero ahí es donde hay que intervenir, con firmeza, sin violencia, pero dejando en claro que esa actitud no está bien”, señaló.
“Cuando un cachorro se porta mal, la madre le muerde suavemente la cabeza. Nosotros podemos sujetarles el hocico y reprenderlos con una voz firme. Ellos entienden, y así empiezan a formarse”, sumó.

Socialización y crianza: claves entre los 4 y 8 meses
La socialización es otro factor crucial en la vida de un perro. El especialista remarcó que el período entre los cuatro y ocho meses es el más importante para moldear el carácter del perro. “Tienen que conocer otras personas, otros animales, interactuar con distintos entornos. Eso los vuelve más equilibrados y menos propensos a reaccionar mal ante situaciones nuevas”, aseguró.
También recomendó que los cachorros permanezcan con su madre hasta los 60 días. “En ese tiempo, cuando el cachorro se pone agresivo o territorial, la madre lo ‘acomoda’ enseguida. Se ha comprobado que los perros que se quedan con la madre hasta los 60 días son más dóciles y manejables”, explicó Castillo.
La necesidad de un registro obligatorio
El debate sobre razas potencialmente peligrosas también fue parte de la charla y Castillo recordó el caso de los dos pitbull que mataron a un policía retirado en plena calle en Campo Viera. Desde el Consejo de Veterinarios —señaló el entrevistado— se ha impulsado la idea de un registro obligatorio de perros con capacidad de daño, especialmente aquellos de gran tamaño o fuerza.
“No se trata de prohibir razas, eso no es viable a largo plazo. Se trata de capacitar a los dueños para que sepan cómo manejar a estos animales y sean conscientes de los riesgos. Un mestizo sin raza definida, pero con ascendencia de Rottweiler y ovejero alemán, puede ser igual de peligroso por su mordida”, afirmó.
En este sentido, el veterinario propuso que los propietarios realicen cursos específicos sobre tenencia responsable: “La educación es la herramienta principal para prevenir tragedias. No podemos dejarlo librado al azar”.








