El sacerdote Guillermo Oscar Andrujovich (52), asumió recientemente sus funciones al frente de la iglesia católica de rito bizantino ucraniano “San Vladimiro”, de Posadas. El Obispo Eparca, monseñor Daniel Kozelinski Netto, lo designó para cumplir con las actividades atinentes al servicio pastoral, a la atención parroquial y al ministerio de los sacramentos. Su tarea consistirá, además, en asistir a las demás comunidades que conforman la estructura parroquial: San José, en Miguel Lanús; Inmaculada Concepción, de San Isidro; San Josafat, de Parada Leis y Cristo Rey, de Fachinal. “Me hice cargo de una parroquia importante, en lo que respecta al número de fieles y a las dimensiones edilicias”, declaró el religioso nacido en Apóstoles, que lleva 24 años dedicados a la vida consagrada.
Dijo que, generalmente, “venimos con ímpetu, con ganas, con entusiasmo, de llevar adelante el servicio, pero trabajar solo se dificulta”. Sin embargo, en una comunidad como ésta, “que tiene la tradición de trabajar con comisiones, con equipos y, posee en cada comunidad una pequeña comisión que colabora con el sacerdote, se hace siempre más fácil. Esta parroquia se caracterizó por tener fieles generosos que aportan económicamente, lo que hace que se pueda mantener la infraestructura. Al observarla, se nota que es de una envergadura extraordinaria y es considerada la más linda de Argentina en lo que respecta al templo, a la ornamentación, al iconostasio y a sus cúpulas”, manifestó quien se mostró “feliz de volver” a su tierra, después de cinco años en Capital Federal. “Volver a Misiones siempre es gratificante porque el pueblo tiene otro espíritu, otro calor, otro aroma y te hace sentir en casa”, aseveró el hermano de Marcelo, Mónica, Liliana (su melliza) y Marina.
Sostuvo que es un templo “extraordinario. Desde el padre Emilio Rendiche, que fue quien tuvo la iniciativa de construirlo, esto no se detuvo. Ahora me toca llevarlo adelante y sostenerlo”.
Sostuvo que aquí siempre se trabajó bien con la pastoral, gracias a la cercanía con las religiosas basilianas que “aportaron y colaboraron con el servicio”. Destacó que hay un equipo de catequistas preparados y que “es una parroquia orante. Y al ser una parroquia que reza, se mantiene. Está comprobado que, por más servicio, trabajo, labor que exista, si no hay oración, la parroquia no prospera, no se sostiene”, agregó.
Comentó que “se retomó la adoración al Santísimo, el Santo Rosario de los miércoles y, dependiendo, de las épocas damos énfasis a momentos fuertes de oración”. Este año le tocará asumir la responsabilidad del Congreso de Jóvenes Ucranianos que se hará el 31 de agosto en la “San Vladimiro”.
Invitó a celebrar juntos la fiesta patronal de San Vladimiro este domingo 13. Después de la Divina Liturgia habrá almuerzo con platos típicos, seguido de un evento cultural con los niños de la catequesis y la participación de los ballets: Verjovena (parroquial) y Zirka, Kolomeia y Veceli Chasé, de la Asociación Cultural Ucraniana “27 de Agosto”. También la participación del grupo musical “Hermanos Jarenko”. “Es una impronta que hace posible mantener las tradiciones y la cultura bien vivas”, señaló.
Llamado a la unidad
Invitó a los fieles a acercarse al templo. “A todos, a los que se fueron que vuelvan, que estamos con todas las energías. Quienes nos conocen que vengan a rezar, saben que le ponemos el entusiasmo y ese espíritu tan particular que nos caracteriza para que realmente la celebración sea una fiesta, una fiesta de la fe, de la alegría, del amor, del perdón, de la misericordia, que es todo lo que le falta al mundo y que está más para guardar rencores, venganza, pensamientos de lucha, de divisiones. Es un llamado otra vez a la unidad, al perdón, a la misericordia, a segundas oportunidades para todos”.
Como descendiente de ucranianos por parte de padre (Pablo) y madre (Isabel Rotzen, ya fallecida), “aprendí la fe, viví la fe y disfruté de la fe en el rito bizantino”.





