Tras el feriado del 9 de julio, el tipo de cambio oficial escaló hasta los $1.280 en el Banco Nación, marcando su valor más alto desde la implementación del actual esquema cambiario. Aunque luego retrocedió cinco pesos, cerró en $1.275, consolidando una tendencia alcista que genera preocupación en medio de un contexto electoral cargado de incertidumbre.
En el mercado informal, el dólar blue avanzó $10 y se negoció a $1.290, mientras que en los mercados financieros el contado con liquidación (CCL) y el dólar MEP también registraron subas, ubicándose en $1.267 y $1.265 respectivamente. Por su parte, el tipo de cambio mayorista se posicionó en $1.270, superando por primera vez el centro de la banda cambiaria.
Oferta récord, demanda sostenida
El salto del dólar se produce en un escenario marcado por liquidaciones récord del agro, una demanda sostenida de divisas y expectativas deterioradas. La primera semana de julio mostró un comportamiento inusual: el agro liquidó más de $1.000 millones en solo tres días hábiles, apuntalando la oferta de divisas en el corto plazo.

Sin embargo, analistas advirtieron que este impulso podría ser transitorio, ya que muchas operaciones se concentraron ante el final de los beneficios transitorios en retenciones. Según Cohen, quedan por liquidar unos $3.300 millones en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior, pero luego de ese colchón, la oferta tendería a moderarse.
Tensión cambiaria: turismo, aguinaldo y dolarización
La fuerte demanda de divisas no se explica solo por el comercio exterior. El pago de aguinaldos, el turismo y la dolarización de carteras alimentan la presión sobre el tipo de cambio. En mayo, el gasto en viajes alcanzó los $1.108 millones, generando un déficit turístico de casi $900 millones, uno de los mayores en los últimos años.
A esto se suma el comportamiento del sector privado, que en mayo destinó más de $3.200 millones a la formación de activos externos, el mayor monto desde 2019. Según Cohen, la percepción de un dólar “barato” frente al proceso electoral intensificó la dolarización y redujo la previsibilidad que el mercado había mostrado en mayo y junio.
Superávit comercial sin alivio financiero
Pese a que la cuenta corriente registró un superávit de $712 millones en mayo, gracias al empuje agroexportador y energético, la balanza financiera sigue en rojo. La presión sobre las reservas internacionales se mantiene, y los expertos advierten que el dólar oficial podría continuar desplazándose hacia el techo de la banda, especialmente si crecen las expectativas de devaluación.
La única herramienta inmediata sería mantener tasas de interés elevadas, pero esta estrategia —según las consultoras— también pone en riesgo el financiamiento de la economía real.







