Después de recorrer más de 3.600 kilómetros por tierra, la elefanta africana Kenya llegó este miércoles por la mañana al Santuario Global de Elefantes, ubicado en el estado de Mato Grosso, en el corazón de la selva brasileña. El operativo de traslado, que comenzó el viernes pasado en Mendoza, puso fin a más de cuatro décadas de vida en cautiverio.
Kenya, de 44 años, era el último elefante que quedaba en Argentina. Su historia comenzó en 1981, cuando nació en el zoológico alemán Tierpark Hagenbeck. Cuatro años después, fue trasladada a Mendoza mediante un convenio de canje, como también ocurrió con otros elefantes que vivieron en el entonces zoológico provincial.
Durante décadas vivió sola, en un recinto con piso de cemento, rodeada de muros grises y un mural pintado de un elefante como única compañía. Su comportamiento, muchas veces erróneamente interpretado como agresivo, era en realidad una expresión de aislamiento y frustración.
El traslado fue organizado por el equipo del Ecoparque de Mendoza, con apoyo de la Fundación Franz Weber y Proyecto ELE. Al igual que en operativos anteriores, Kenya viajó en una estructura especialmente diseñada para garantizar su seguridad y comodidad durante todo el trayecto. La jaula-transporte fue monitoreada constantemente por una comitiva que controló su estado físico y emocional.
Llegó Kenya ❤️
Después de 3.600 kilómetros de viaje, años de trabajo y muchísima entrega, la última elefanta del Ecoparque y de Argentina, ya pisa el suelo de su nuevo hogar: el Santuario de Elefantes de Brasil.
Hoy no solo cambia el lugar, cambia su historia. pic.twitter.com/wG05YXXRlg
— Jimena Latorre (@JimehLatorre) July 9, 2025
Una vez en el santuario brasileño, se aguardará que sea Kenya quien decida cuándo bajar por sus propios medios y comenzar a explorar el entorno natural que la espera. El predio está diseñado para ofrecer condiciones similares a las del hábitat original de estos animales.
Con su llegada, se completa el proceso iniciado años atrás para poner fin al cautiverio de elefantes en el país. En mayo de 2022, Pocha y Guillermina —madre e hija— también partieron desde Mendoza hacia el mismo santuario. Pocha falleció en octubre de ese año, pero Guillermina continúa adaptada a la manada. El macho Tamy, pareja de Pocha y padre de Guillermina, permanecía aún en el Ecoparque, pero falleció el pasado 24 de junio a los 55 años.
El de Kenya fue el último viaje de esta etapa. Antes, otras elefantas también vivieron el mismo destino o lo intentaron: Pelusa, en La Plata, no llegó a viajar; Mara y Pupy, que vivieron en Buenos Aires, sí fueron trasladadas. También hubo otros nombres que marcaron esta historia: Kuky, Sharima, Merry, entre otros, que murieron antes de ser reubicados.






