Los seres humanos contamos con una sensibilidad profunda que nos permite conectar y movernos en un mundo cambiante. La emoción es lo primario que hay en nosotros, es nuestra parte más primitiva tomando el control del mundo racional, pero los humanos modernos, nos hemos hecho expertos en no sentir. Hemos ido tejiendo armaduras y caparazones que protegen nuestro frágil mundo emocional.
Podemos hablar del “bypass emocional” como una manera de reprimir nuestras emociones. Este atajo emocional, trata de racionalizar e intelectualizar en exceso nuestras emociones. De esta manera, parece que estamos regulando la emoción con pensamientos del tipo: “no pasa nada, esto no me afecta”, cuando debajo de esas palabras hierve nuestra ira, tristeza o angustia.
Y es que una de las claves de la regulación emocional consciente y saludable, es aceptar que sentimos una emoción, dejándole espacio en nuestro interior. La racionalización puede venir después, pero antes hemos de sentir la emoción plenamente aunque no nos guste.
Hoy vamos a recorrer las emociones a través de los cinco elementos.
• Tierra: Toda la vida en este planeta, se sustenta sobre la tierra. Representa lo sólido, lo concreto ya que es desde la estabilidad que podemos crecer y expandirnos.
Nos habla de nuestro derecho fundamental. Estar aquí, tener y existir.
Prácticas para conectar con la tierra: Caminar descalzo por la tierra, cuidar nuestro jardín y tocar la tierra con las manos.
• Agua: El agua nos habla de sensibilidad, de la conexión con nuestro mundo interno, nos habla de apertura, nos purifica y nos prepara para algo nuevo. También nos invita a aceptar las cosas como son.
Prácticas para conectar con el agua: Nadar, ver el mar, ducha consciente, beber agua fresca.
• Fuego: Nos habla de brillo, calor, alegría. Es el impulso esencial para la vida, conecta con la energía y su poder creador, indica limpieza y purificación y también se relaciona con el miedo, la ira, la ansiedad y las preocupaciones.
Prácticas para conectar con el fuego: tomar sol, observar una hoguera, mover nuestro cuerpo y quemar calorías a través del ejercicio.
• Aire: El aire contiene en su interior mucha información. Es sinónimo de vida, de respiración. El proceso de transformación mental y emocional que nos aporta el aire, es alcanzar la percepción clara.
Prácticas para conectar con el aire: Respirar conscientemente, acudir a espacios abiertos con aire fresco y natural.
• Éter: El éter se refiere a nuestra espiritualidad, a lo intangible pero que da lugar a lo tangible Es la energía que está presente en todo aquello que da lugar a la vida incluso al mundo tridimensional en el que vivimos. Las emociones que nos conectan con esta energía que nos rodea a todos es la gratitud, la bondad amorosa, la conexión profunda, el desapego y la intuición.
Prácticas para conectar con el éter: meditar, prácticas espirituales, conexión con la naturaleza.
Nos vamos acompañando.
Karina Holoveski
Mujer Medicina-Chamana.
Whatsapp: 3765-110223








